El debate presupuestario ya ha empezado en las Corts Valencianes. Un debate extraño, pues los números que han empezado a desgranar los distintos consellers –ayer comparecieron hasta cuatro miembros del Gobierno valenciano–, no serán los definitivos. Todo indica que habrá retoques importantes y simbólicos en las ayudas a los sindicatos o en los fondos transferidos a la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), por citar solo algunos ejemplos. Las cuentas de este año están más condicionadas que nunca al deseo de un partido de la oposición que, eso sí, se comporta como si todavía fuese socio del PP. Vox ahora es más exigente con Carlos Mazón. Tiene la sartén por el mango y no tiene intención de soltarla, a riesgo de debilitar al president.
Pese a ello, el PP saca pecho de poder tramitar las cuentas. Más aún después de las dudas de febrero cuando parecía que los de Abascal no darían su brazo a torcer. Un escenario que da aire al jefe del Consell y que los populares valencianos contraponen, una y otra vez, a la imposibilidad de Pedro Sánchez de aprobar un proyecto presupuestario para este año.
Lo hizo de nuevo ayer la vicepresidenta y portavoz del ejecutivo autonómico, Susana Camarero, la primera en pasar por la comisión de las Corts Valencianes a presentar las cuentas de su departamento. La también portavoz del Consell resaltó que el PP “ha traído unos presupuestos que algunos no pueden aprobar en años”. Camarero dio las “gracias” a Vox por el acuerdo alcanzado y cargó contra la izquierda ante su negativa de facilitar la aprobación de unas partidas más necesarias que nunca tras la dana. “Son los mejores presupuestos y los más sociales de la historia”, defendió la portavoz. “Los más necesarios”, añadió la diputada de Vox Miriam Turiel, que evidenció la satisfacción de la extrema derecha con las cuentas presentadas por los populares.
Eso sí, la parlamentaria de la formación ultra dejó claro que sus 13 diputados aprobarán las cuentas “siempre que se atiendan las líneas pactadas”. Y es que en Vox dan por hecho que sus enmiendas para rebajar la ayuda a los sindicatos o su recorte a la mitad del 50% en los fondos de la AVL se aprobarán sin problemas. De lo contrario, ya han apuntado que “no habrá presupuestos”. “Esperamos sus enmiendas” para mejorar los presupuestos, señaló Camarero, abonando la teoría de Vox de que todo está atado y bien atado.
Negociación
El PP asume un cambio en el modelo de cooperación e invita a Vox a mejorar las cuentas con enmiendas
Otra de las exigencias de los ultras son los recortes en cooperación. La vicepresidenta no habló de un tijeretazo en las ayudas, pero sí avanzó “un cambio de modelo en la cooperación valenciana, orientándola hacia un marco más pragmático y alineado con las prioridades de desarrollo regional”. Una estrategia que pasa por fortalecer a las entidades valencianas y centrar el dinero en actuar en los países de origen: “Queremos que los más jóvenes no se jueguen la vida en el mar a manos de las mafias y que cuenten con las oportunidades que merecen en sus países de origen”, indicó. Una línea argumental que casa con la advertencia que Vox lanzó horas antes de que se presentaran las cuentas: “La primera cooperación al desarrollo es la reconstrucción de Valencia”.
Tanto es así que el PSPV y Compromís centraron sus réplicas en subrayar que el presupuesto aprobado por el Consell y trasladado para su ratificación en las Corts no es real y está “en manos de Vox”. Nathalie Torres (Compromís) acusó a los populares de ceder ante los ultras “para salvarle el cuello a Mazón”, mientras que la socialista Virginia Gómez subrayó que las enmiendas demostrarán “la debilidad del president del Ventorro”. Camarero afeó a la izquierda no tolerar su acuerdo con el Vox, “porque únicamente intentan rascar un puñado de votos”.