Tomar las riendas de una empresa en la actualidad es un reto completamente distinto al que muchos imaginan, lo que ayer funcionaba, hoy, ya no basta. El entorno cambia a un ritmo vertiginoso, los retos se multiplican y los equipos ya no buscan solo instrucciones, sino energía, visión y un propósito que les haga sentir parte de algo más grande. Liderar ya no es cuestión de jerarquía, sino de valores, de experiencia y, sobre todo, de capacidad de adaptación.

Mufasa El Rey León.
Esta reflexión me surgió casi sin darme cuenta al ver la película 'Mufasa’. La historia de ese joven león sin privilegios, que se abre camino en un entorno hostil, me recordó lo que muchos empresarios y profesionales vivimos cuando lideramos por primera vez. Sin red de seguridad, sin atajos. Solo con esfuerzo, resiliencia y la inteligencia de rodearse de un buen equipo. Mufasa no llega a liderar por fuerza, sino por lo que transmite, por su forma de sumar y de confiar en los demás.
En su camino hay decisiones difíciles, traiciones, momentos de soledad y dudas. Como en el mundo corporativo. Pero lo que marca la diferencia no es lo que sucede, sino cómo se responde. La clave está en prepararse para la tormenta, no solo para los días soleados. En saber cuándo liderar y cuándo dejarse ayudar. En volar en equipo.
En Blatem hemos vivido nuestros propios desafíos. Hemos reformulado metodologías, tomado decisiones complejas y aprendido a convivir con la incertidumbre. Pero, igual que Mufasa descubre que liderar es proteger, dar ejemplo y construir con sentido, nosotros también hemos entendido que el verdadero poder está en el equipo. Que lo importante no es llegar rápido, sino llegar juntos.
Porque los grandes líderes no son los que imponen, sino los que hacen crecer a quienes les rodean”
Siempre he creído que un CEO no solo debe dirigir: debe inspirar. Encender la motivación cuando esta decae, mantener el foco cuando todo parece caótico y, como Rafiki le recuerda a Simba, ayudar al equipo a no olvidar quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos.
Hoy más que nunca, creo en un liderazgo que cuida, que escucha, que genera relevo y empodera. Porque los grandes líderes no son los que imponen, sino los que hacen crecer a quienes les rodean. No se trata solo de resistir los cambios, sino de aprender de ellos, liderarlos con propósito, con corazón y con visión de futuro.
Y sí, estamos preparados. Para nuevos retos, nuevas campañas y un mercado que no deja de moverse. Lo haremos con valentía, respeto, compromiso, integridad y mucho trabajo en equipo. Porque liderar no es ocupar un lugar, es dar sentido al viaje. Y asegurarnos de que nadie se queda atrás. Porque cuando cambiamos juntos, todo es posible.