Un gran número de interjecciones, tanto nominales como verbales, se crean como eufemismos para evitar voces malsonantes. Éste es el caso de tres muy similares: Jo, jope y jobar, usadas para no emplear joder. No una sola, sino las tres en tirereta, constituían una muletilla de los personajes de las viñetas del gran humorista gráfico, Forges.

Elementos imprescindibles en la mochila de supervivencia
Hay muchas más, como es el caso de: Me cago en diez y ostras, que todos los educados en la fe católica sabemos a qué corresponden. Trucos aprendidos en el colegio de curas o monjas para esquivar capones, borradores, reglazos y pellizcos. Por tener, tenemos hasta un día de la semana para evitar decir mierda, ¡Miércoles!
Todas las que he mencionado están contempladas en la gramática de la RAE. Sin embargo, “me gusta la fruta”, de momento no figura. Esta frase habrá de envejecer un poco y extender su uso a las clases populares y a la periferia peninsular. Hoy en día es el grito de libertad del centralismo madrileño.
Trucos aprendidos en el colegio de curas o monjas para esquivar capones, borradores, reglazos y pellizcos. Por tener, tenemos hasta un día de la semana para evitar decir mierda, ¡Miércoles!”
Pero centrémonos en jope o jopé, porque esta semana ha salido a la palestra y está en boca de todos los medios de comunicación. Además del significado principal, que como hemos mencionado al principio es joder, en sí misma es una interjección sosa, pija y en desuso, anclada en un rincón del cerebro, coetánea de expresiones tan absurdas como: La cagaste Burt Lancaster, Efectiviwonder, Alucina vecina, Nasti de plasti… y otras frases cotidianas de aquellos que cursaron la EGB.
Hablamos de un sector maduro y numeroso de nuestra sociedad, producto de la pirámide etaria invertida. Hombres y mujeres que se sienten atraídos por el dolce far niente, los platos de cuchara, whiskies de malta y una buena siesta. Son españoles nostálgicos, patriotas, gente que madruga y le gusta el vino. ¿De estos, cuántos creen que se dedican a la política? Bastantes.
No tendríamos nada contra ellos si hicieran bien su trabajo. Se pueden divertir y gozar de la vida. Respeto máximo al placer epicúreo, a todos nos gusta lo bueno, pero es preciso mantener las formas, el rigor y la decencia. Hay un momento para cada cosa. Los políticos están para generar certidumbre en la sociedad, no todo lo contrario.
Vienen tiempos revueltos y los políticos nos van a meter en un conflicto, es inevitable la guerra, por lo tanto vamos a necesitar esa mochila de emergencia. En la mía no va a faltar un buen cuchillo como el de Rambo, pastillas para potabilizar agua, una cerbatana y una caña de pescar telescópica, pastillas de yodo, cerillas, un libro sobre hierbas comestibles, semillas de cacaus y tramussos, muchas latitas de conserva de pescado: atún, sardinillas y mejillones; pero nada de garbanzos y fabada. ¿Se preguntarán por qué nada de legumbres?
Para no delatar mi posición al enemigo.