La Diputación de València quiere aprovechar la Institución el Magnànim para promocionar a autores que escriben en el “valenciano del poble” (matizan que no el valenciano de poble -pueblo-) y abrir un debate incluso normativo sobre la lengua autóctona. La institución provincial, gobernada por el PP y los municipalistas de Ens Uneix, defiende la necesidad de que haya más publicaciones y los autores que apuesten por las formas valencianas frente a lo que ellos consideran obras con un lenguaje poco cercano al que “habla el pueblo”.
La propuesta no es nueva y se alinea con aquellos que, dentro del debate lingüístico, apuestan por una especie de tercera vía en el eterno debate sobre la unidad de la lengua. La idea, explican a La Vanguardia sus impulsores, es publicar siguiendo los criterios lingüísticos aprobados por el gobierno valenciano para el uso del valenciano en la administración pública. Unos criterios que sin salirse de la normativa de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) sí que fueron cuestionados por la institución normativa al entender que no se seguían sus recomendaciones en algunos aspectos, apostando por formas secundarias e informales. De hecho, académicos de la AVL llegaron a considerar que el Consell, con la publicación de sus criterios, estaba “usurpando el papel de la Acadèmia y haciendo normativa”.
Con todo, desde la institución provincial se aclara que no se quiere ejercer de “contrapeso” de la AVL, sino apostar dentro del valenciano normativo “por las formas más nuestras, siguiendo los criterios del gobierno”. Vacacions en lugar de vacances o disfrutar en lugar de gaudir, este en vez de aquest, son los ejemplos a los que recurren para marcar argumentar su posición.
Lo cierto es que la idea es que la nueva colección Biblioteca de filologia que se va a impulsar tenga dos vertientes. La primera “más didáctica” para publicar en ese nuevo valenciano obras sobre pilota valenciana o “una biblia en valenciano del poble”; y una segunda, más normativa y reflexiva sobre aspectos lingüísticos. “No se quiere sentar cátedra ni imponer normativa”, vuelven a insistir los impulsores. En este sentido, apuntan que se trata más de reflexiones “humanísticas y sociales” sobre la evolución de la lengua valenciana.
Aberlard Saragossà, defensor del cambio del acento en València, será uno de los directores de la nueva colección
En esta segunda vertiente, se enmarca la primera de las obras de la colección: Sistema d'accentuació (valencià, castellà, italià, s. XIX-XX) de Abelard Saragossà. Este académico de la AVL ha sido noticia en los últimos meses por defender, en contra del criterio de la Acadèmia, el cambio del acento en el topónimo de València. De hecho, su informe sobre el cierre de la tilde (Valéncia) es a lo que se ha acogido el Ayuntamiento para pedir al Consell que cambie la denominación oficial.
Saragossà junto a Emili Casanova -que también fue miembro de la AVL- y Antoni López Quiles serán los directores de esta colección. La intención, esgrimen desde la Diputación, es que la la Institució Alfons el Magnànim recupere ese espíritu de espacio de reflexión que entienden que se había perdido.
No son los únicos cambios que se han producido en el rumbo del Magnànim. La entidad ha decidido no renovar el convenio con la Associació d’Editorials del País Valencià al al entender que la AEPV no estaba alineada con la política lingüística de la corporación provincial. Una polémica decisión a la que se suma la dimisión de Gustau Muñoz como director de la colección 'Pensament i Societat' de la institución. Muñoz acusó en una carta abierta publicada en Eldiario.es a los actuales responsables de la Diputación de “sectarismo, desvarío paranoide y de antivalencianismo encubierto y disfrazado”.