Mientras los técnicos de Educación ultimaban la presentación, repleta de datos y cifras, del nuevo curso escolar en la Comunidad Valenciana, un grupo de representantes sindicales de la comunidad educativa se concentraba a las puertas de la Conselleria. Afeaban al conseller de Educación, Cultura, Universidades y Ocupación, José Antonio Rovira, que no escuche a los equipos directivos y lamentaban que, por ejemplo, los centros afectados por la dana vayan a comenzar el curso conviviendo con las obras en lo que, dicen, demuestra ser una “mala planificación”, explicaban desde la asociación de directores de centros de primaria.
Los sindicatos llevan días avisando que el próximo será el curso “de las movilizaciones por los recortes” y STEPV, UGT-PV, CGT y CSO han convocado ya una huelga para el primer día de clase, el próximo lunes 8 de septiembre, que se propone parar la actividad durante dos horas en respuesta a los que tildan de “fuertes recortes de la Conselleria de Educación en la Formación Profesional de más de 300 docentes”.
Un relato bien diferente del que presentó ayer el conseller Rovira en rueda de prensa, donde presumió de “nuevo récord” en la cifra de docentes y aludió directamente a sus quejas al afirmar que “los sindicatos mayoritarios han alertado de un otoño caliente, centrándolo en un supuesto recorte del profesorado que, como vemos, es falso”. Las cifras de la Conselleria apuntan a un total de 83.592 docentes, un aumento del 1,72% respecto al curso anterior. Su gráfico muestra un aumento en 7.572 docentes más en la escuela pública desde el curso 2000-21, cuando aún gobernaba el Botànic.

Concentración de sindicatos a las puertas de la Conselleria de Educación este jueves
Al gobierno autonómico anterior citó varias veces el conseller para denunciar que los sindicatos no eran tan beligerantes con sus políticas. “En 2007, con el PP, hubo una subida salarial, pero en 2015 entró el Botànic, y ¿dónde estaban esas reclamaciones? Casualmente ahora vuelven otra vez a apuntarse al carro”, espetó Rovira. Todo viene porque el STEPV está trabajando en un marco unitario con el resto de sindicatos de la Mesa Sectorial de Educación para activar una serie de movilizaciones del conjunto del profesorado para exigir mejoras retributivas que “recuperen el poder adquisitivo perdido, reducciones de ratios y de carga burocrática y, obviamente, la reversión de los recortes en todas las etapas educativas”.
¿Dónde estaban esas reclamaciones salariales con el Botànic? Casualmente ahora vuelven otra vez a apuntarse al carro”
Otra de las críticas que el conseller se propuso desmontar ayer fue la de la debilidad del valenciano en las aulas tras la polémica consulta de la lengua base acordada con Vox a través de la ley de libertad educativa. Los sindicatos defienden que en las comarcas de predominio lingüístico castellano que votaron por el valenciano no se ha respetado la demanda de las familias y apenas se han creado unidades en valenciano.
Sin embago, Rovira sacó pecho ayer y dijo que el 99,8% de los alumnos de la Comunidad Valenciana estudiarán en la lengua escogida. Minimizó el pequeño porcentaje de quienes no han podido ver reconocida su petición de lengua vehicular y dijo que, tal vez, “puede haber una aula de un pueblo pequeño, castellanoparlante, donde no se le puede garantizar el valenciano”.
Por último, otro de los relatos que choca entre sindicatos y la Conselleria es el referente a la gestión de la reconstrucción en las zonas dana. Si para los sindicatos los centros arrasados continúan “abandonados”, para la Conselleria el esfuerzo ha sido titánico, “con cero ayudas del Gobierno”, como reiteró Rovira, que no pudo evitar repetir la frase de Pedro Sánchez de “si quieren ayuda, que la pidan” para evidenciar el distanciamiento entre Generalitat y Ejecutivo en la gestión de la tragedia.
STPEV avisa que está visitando el resto de centros afectados por la dana y que elaborará un nuevo informe sobre la situación actual ante el inicio de curso, mientras la Conselleria lanzó un mensaje de tranquilidad y aseguró que los técnicos repasan todos los centros para garantizar su acondicionamiento. Con tales enfrentamientos, el curso arranca el lunes con no pocos frentes abiertos.