Las aguas cristalinas del Mediterráneo, contempladas desde una diminuta y sosegada cala de la Costa Brava, nos transportan a un mundo que parece situarse más allá del trasiego de nuestro presente, sumergiéndonos en un ambiente repleto de una calma de resonancias eternas, en el que recobramos el placer de la vida en pleno contacto con la naturaleza. El sol que acaricia el rostro, el viento vivificador de la tramontana, la belleza de los pinares, el rumor sereno del oleaje y el suave tacto de la arena… son algunas de las maravillas cotidianas que hallamos en un paisaje con una personalidad única.
Con la llegada del calor, regresan las ganas de perdernos, sin prisas, por sinuosos senderos o de contemplar la vista que nos ofrecen los escarpados acantilados del Baix Empordà. La silueta del Castillo de Begur, por ejemplo, evoca toda la espiritualidad y el misterio de la época medieval. Paseando por el pueblo, recordamos el legado de infinidad de generaciones humanas: los navegantes fenicios, los pescadores, los indianos, los artesanos o los residentes ilustres como la bailaora Carmen Amaya, que transitaron antes que nosotros por este lugar. Y bañándonos en la cala de Sa Riera, disfrutamos de una verdadera joya costera, en la que conviven con naturalidad, todavía hoy, las barcas marineras con los bañistas.

Mar de la Costa Brava
Los placeres del 'wellness'
A tan solo 200 metros de la mencionada playa de Sa Riera, rodeado de un bosque de pinos, se encuentra Talaia Plaza EcoResort, un espacio hotelero verdaderamente singular, concebido para proporcionar una experiencia vacacional centrada en el bienestar y la desconexión, en la que el enfoque slow life se combina con el respeto por el entorno natural. Sus 104 alojamientos, construidos con materiales ecológicos, cuentan con impresionantes vistas al mar y la pineda.
El EcoResort dispone, además, de un Centro de Bienestar 360º, que ofrece un amplio abanico de experiencias wellness, diseñadas para una práctica integral que sirva para nutrir el cuerpo y la mente. Así, podemos gozar de los beneficios de las sesiones de meditación creativa en el agua o en contacto con la naturaleza, del senderismo consciente, de las sesiones de yoga matutino o al atardecer, así como de una extensa carta de masajes y tratamientos corporales y faciales, varios de ellos con opciones ecológicas certificadas. Entre estos últimos, encontramos un reparador masaje de cincuenta minutos con aromaterapia acompañado de una infusión relajante; un masaje con sonoterapia mediante cuencos tibetanos en el que podemos saborear una infusión detox; o una sesión de reiki.

El hotel ofrece sesiones de meditación y yoga
Asimismo, Posidonia Wellness se constituye como el enclave ideal para dejarnos mimar plácidamente, mientras escuchamos el murmullo del mar, relajándonos en las camas balinesas gracias a una serie de tratamientos ideados para ayudar a descansar el cuerpo y fortalecer la mente. La zona de relax exterior, equipada con sauna, jacuzzi y una piscina solárium, es el lugar más apropiado para dejar de lado cualquier asomo de estrés y las preocupaciones de la vida diaria, al tiempo que cuidamos de nuestro sistema respiratorio y la circulación sanguínea.
Después de estas actividades saludables, llega la hora de reponer fuerzas, y la mejor opción para ello es visitar el restaurante Brasa i Flama, con terraza exterior y unas vistas privilegiadas al Mediterráneo y al paraje natural de las Islas Medas. Su selecta carta está compuesta por platos auténticamente mediterráneos, carnes y pescados, paellas y arroces, espetos, postres caseros, etc.; todos ellos, preparados con productos locales de km 0. Además, en este establecimiento, cuentan con un huerto ecológico propio, en el que cultivan las verduras, hortalizas, especias y frutas de temporada que cocinan para sus clientes.

Zona al aire libre donde se puede tomar el aperitivo
También merece la pena visitar el Pool Bar, en el que podremos degustar deliciosos cócteles y smoothies junto a la piscina, mientras saciamos el hambre con una variada oferta de snacks. En la parte superior del EcoResort, encontramos el Sky Bar, enclave privilegiado para contemplar cómo el sol se sumerge lentamente en el horizonte. Arrels por su parte, es un espacio con un ambiente cálido y acogedor, pensado para aquellos que desean degustar un cóctel, una copa de vino o una cerveza, tan relajados como si estuvieran en casa. Y el foodtruck Al Taglio ofrece deliciosas porciones de pizza al corte, elaboradas con ingredientes de proximidad, sostenibles y de primera calidad.

Zona de la piscina, con vistas al paisaje típico de la Costa Brava
La belleza de los pueblos del Empordà
Aquellos que deseen explorar la zona cercana al EcoResort, harán bien en seguir el Camí de Ronda que cruza los paisajes de mar y bosques, donde descubrirán la exuberancia de una orografía costera realmente singular. Además de Begur, en las proximidades, hallamos otros pueblos pintorescos que bien merecen una visita.
Peratallada, un antiguo pueblo fortificado con fama de inexpugnable, ofrece un auténtico viaje en el tiempo. El Portal de la Verge nos recuerda la existencia de las murallas que en su día rodearon la población. La Plaça dels Esquiladors era el lugar donde se reunían aquellos que llevaban a esquilar sus ovejas. Y la Iglesia de Sant Esteve, de los siglos XII y XIII, nos traslada a un mundo en el que la iglesia románica fue punto de encuentro social y religioso.

Uno de los puntos fuertes del hotel es su amplio surtido de actividades wellness
El hotel ofrece un amplio abanico de tratamientos ‘wellness’ y múltiples propuestas saludables como las sesiones de meditación o el senderismo consciente
Pals es ese pueblo que, tal como dijo Josep Pla, “no es bueno para una, sino para cientos de visitas”. Merece la pena, según el escrito ampurdanés, visitar la Torre de les Hores, iglesia que conserva aún, pese al paso del tiempo, su estructura y una deslumbrante fachada; o detenerse a contemplar la muralla. Y, por supuesto, disfrutar de la playa de Pals o de la belleza de los arrozales circundantes.
El viajero deberá acercarse también a Calella de Palafrugell, otro pueblo de pescadores con gran encanto, que destaca por sus calas y las casas marineras pintadas de blanco, y en el que en verano resuenan las tonadas de las habaneras. Es el lugar en el que Serrat se inspiró para componer una canción inmortal que condensa todo el aroma de este paisaje inconfundible, Mediterráneo. En el próximo Cap Roig, donde se celebra el famoso festival de música del mismo nombre, es posible visitar el Jardín Botánico. También es una buena opción acercarse, desde ahí, a Llafranc, donde se conservan vestigios del pasado romano.

Vistas desde una de las habitaciones del hotel, en pleno contacto con la naturaleza
¿Qué puede haber mejor que dejar atrás las prisas para disfrutar de la belleza de un área geográfica que condensa siglos de historia? Talaia Plaza EcoResort no es solo la “base de operaciones” indispensable para descubrir las mejores calas y los pueblos con mayor personalidad. Es también un lugar para cuidar de cuerpo y alma, reconectar con nosotros mismos y convertir unos días de descanso, en una experiencia de ensueño.