“Mi experiencia aquí me está enseñando que, de momento, opositar o tener un puesto fijo en un mismo colegio no creo que sea para mí”, cuenta Noah Taboada, profesora de educación primaria en Noruega. A sus 24 años, la docente está descubriendo muchas maneras de ejercer su profesión. Oportunidades que quizá no tenía en España y que ha comprendido que pueden encontrarse en el extranjero, en este caso, en Noruega. Tras dos años fuera, define la experiencia como estimulante y gratificante. Taboada llegó por primera vez a Noruega con una beca Erasmus en tercero de carrera.
“Aprendimos cómo en Noruega enseñan a los niños a ser autónomos e independientes, a estar al aire libre, a aprender haciendo y a entender la importancia de la sostenibilidad”, cuenta para La Vanguardia. Al año siguiente, tras realizar otro Erasmus en Estonia, confirmó lo que ya sospechaba: le encantaba vivir en un ambiente internacional en el que cada día aprendía otras formas de pensar y de vivir. Su principal motivación para dejar su país natal fue ese deseo de seguir aprendiendo y viviendo una experiencia distinta a la que ya conocía en España. “En mi caso fue más fácil tomar la decisión porque mi novio, al que conocí en el Erasmus en Noruega, vivía aquí”, confiesa.
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Sobre la adaptación cultural: de España a Noruega
Taboada se considera una persona que se adapta con facilidad a situaciones nuevas. “Disfruto con el proceso de aprendizaje”, explica. “La principal diferencia con España es el ritmo tan calmado y tranquilo con el que se vive aquí. Parece que todo va más despacio. Se respeta mucho el espacio personal y el tiempo libre”, cuenta. Pese a ello, destaca que es difícil crear vínculos cercanos, a diferencia de España: “Donde somos más espontáneos y transparentes, aquí las personas son, en general, más reservadas, por lo que cuesta conectar a nivel personal”.
Recuerda que sintió ese primer choque cultural en la primera excursión que hizo con la universidad. “Fuimos a hacer una ruta por el bosque hasta llegar a una cabaña y volver. De repente, empezó a llover, y no paró en todo el camino. Yo miraba al profesor y pensaba: ‘Qué raro que no paremos o que no nos diga que demos la vuelta’. De pronto me vi caminando por mitad del bosque, sin seguir ningún camino, completamente calada, y entendí la conexión que tienen los noruegos con la naturaleza. Esa sensación de libertad, de ser una más entre montañas, me hizo entender de golpe la conexión tan profunda que tienen con el entorno. Desde entonces, lo vivo así también: la naturaleza forma parte de la vida diaria, y no hace falta esperar a que las condiciones sean perfectas para disfrutarla”, cuenta.
Noah Taboada
Cómo es su trabajo como profesora en el extranjero: desafíos y retos
“Mi trabajo en un colegio internacional es muy creativo e independiente. Cada día es diferente: puedo experimentar con ideas nuevas y adaptarlas según lo que los alumnos necesitan o les interesa”, explica. Además, le encanta estar con niños y disfruta muchísimo del ambiente en clase. “Es muy estimulante. Elegí esta profesión porque siempre me ha gustado un poco de todo: los idiomas, la historia, la ciencia, el arte… y nunca podía decidirme por una sola cosa”, confiesa. Considera que enseñar es la manera perfecta de seguir aprendiendo y desarrollándose en todas esas áreas a lo largo de la vida.
La mayor diferencia con España, trabajando en un colegio internacional, es la libertad que tiene para enseñar. “No tengo que seguir un currículum de manera tan estricta ni impartir las clases de forma predeterminada. Puedo crear unidades didácticas y sesiones mucho más interactivas, que conecten distintos temas y asignaturas, y que involucren a los alumnos de forma más activa”, explica.
Mi consejo es que siempre se puede volver a casa, al sitio de donde somos
Como tutora de 6º de Primaria, Noah se ha enfrentado a varios retos, así como a diversas situaciones que la hacen sentirse satisfecha en su día a día. “Lo que más me gusta es ver el interés que tienen por cosas que no esperaría de niños de su edad. Como no tienen la presión de las notas ni evaluaciones, podemos hablar de política internacional, historia, etimología, física, el origen de la Tierra… Me encanta ver cómo, mientras aprendemos sobre un tema, surgen todas estas preguntas. Disfruto mucho escuchándolos, hablando con ellos y debatiendo”, cuenta. En cuanto a los retos, considera que vienen de esa misma libertad. “Justo antes de pasar a la ESO, tienen que enfrentarse a más exigencias académicas y, al mismo tiempo, empiezan a ser adolescentes”, aclara.
Noah Taboada
Las finanzas en el extranjero: cómo gestiona Noah la parte económica
“Los salarios aquí son más altos, y es cierto que la vida es más cara”, explica. “Pero hay que tener en cuenta que el estilo de vida no es el mismo: no se sale tanto ni se hace tanta vida social fuera. Por eso, aunque cosas como restaurantes, cine o compras sean más caras, al final no se gasta tanto. Personalmente, puedo vivir bien y ahorrar al mismo tiempo”, concluye.
Reflexiones de Noah tras vivir en Noruega
En ocasiones, cuando echamos la vista atrás y nos detenemos a ver todo lo que hemos conseguido, es cuando más valoramos las cosas. Noah se detiene a agradecer cómo es su vida ahora. “Lo que más valoro ahora mismo es estar en un entorno muy gratificante, donde puedo estar independizada, tener un trabajo que me encanta y, al mismo tiempo, ahorrar”, explica.
Además, puede reflexionar tranquilamente sobre su futuro. “Mi experiencia aquí me está enseñando que, de momento, opositar o tener un puesto fijo en un mismo colegio no creo que sea para mí. Me doy cuenta de que hay muchas formas distintas de enseñar y muchos colegios que hacen las cosas de maneras diferentes, y siento que todavía tengo mucho que aprender. Vivir fuera me hace no descartar trabajar en otro país o incluso dedicarme a proyectos de enseñanza que no estén directamente ligados a un colegio”, confiesa.
Por último, lanza un mensaje a todos aquellos que se han planteado alguna vez marcharse fuera: “Mi consejo es que siempre se puede volver a casa, al sitio de donde somos. Pero a nuestra edad hay muchas becas y oportunidades que nos permiten descubrir que hay mucho más allá de nuestro país”, declara. Y añade: “Si tienes la oportunidad de vivirlo, nunca será negativo, independientemente de si al final decides quedarte o volver”.

