Helena Seijo, 24 años, residente en Madrid: “Trabajar no garantiza poder vivir solo y es frustrante. La cultura de compartir piso nace de la necesidad, no por elección. Los alquileres son tan altos que pagar un piso solo es impensable”

Alquileres

“Lo más efectivo es informarse bien y compartir experiencias reales, sin convertirlo en una lucha generacional”, cuenta Seijo

Helena Seijo, 24 años

Helena Seijo, 24 años

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Helena Seijo, 24 años, nunca pensó que compartir piso sería su única opción para independizarse. “Cuando haces cuentas, ves que es imposible ahorrar para un piso, incluso viviendo de forma austera”, lamenta. Licenciada en Traducción e Interpretación, con un máster en Fashion & Brand Communication y otro en enseñanza de inglés, trabaja actualmente como dependienta en una joyería de la ciudad.

Para muchos jóvenes como Helena, convivir con compañeros de piso no es una elección, sino una necesidad. “Los alquileres son tan altos que pagar un piso solo se vuelve impensable, incluso teniendo trabajo. Y eso refleja perfectamente que no existe un acceso real a una vivienda asequible”, añade.

Cada vez resulta más difícil independizarse. Según el informe “Un problema como una casa”, del Consejo de la Juventud de España (CJE) presentado en enero de 2025, el 87 % de los jóvenes emancipados comparte vivienda y el 34,5 % gana menos de 1.000 € al mes. Basado en una encuesta a jóvenes de 18 a 30 años, el documento analiza las condiciones materiales, los motivos y los retos de la emancipación juvenil en España. También subraya la precariedad que sufren quienes logran independizarse.

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¿Qué opina de la cultura de compartir piso entre adultos?

Creo que la cultura de compartir piso entre adultos no nace tanto de una elección libre, sino de la necesidad. Compartir puede ser divertido durante los primeros años de independencia. Sin embargo, cuando lo haces por necesidad y no por elección, deja de ser una opción y se convierte en una obligación. Al final, muchos jóvenes, y no tan jóvenes, comparten piso no porque quieran, sino porque no hay alternativa real. Los alquileres son tan altos que pagar un piso solo se vuelve impensable, incluso teniendo trabajo. Y eso refleja perfectamente que no existe un acceso real a una vivienda asequible.

Helena Seijo, 24 años, residente en Madrid

Helena Seijo, 24 años, residente en Madrid

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En mi opinión, esta situación ha normalizado algo que en realidad no debería ser permanente. Compartir piso no debería ser la única forma posible de vivir fuera de casa de tus padres. Ojalá lleguemos a un punto en el que compartir piso sea una opción elegida, no una obligación impuesta por los precios.

Ha hablado de frustración y limitaciones relacionadas con el alquiler, ¿qué cree que podría dar esperanza a los jóvenes que quieren independizarse?

Creo que daría esperanza ver modelos prácticos que permitan a los jóvenes acceder a vivienda con condiciones justas y asequibles. No es la solución ideal a largo plazo, pero permite ahorrar y prepararse para poder afrontar un alquiler o la entrada a una casa en el futuro. La independencia sigue siendo posible si hay oportunidades reales y algo de planificación, aunque sea compartiendo piso.

“Existen varias alternativas que pueden facilitar el paso hacia la independencia sin que los precios sean un obstáculo insalvable” - Helena Seijo

Comenta que hoy en día es difícil encontrar una vivienda adecuada a un precio razonable. ¿Qué opciones cree que pueden facilitar que los jóvenes o quienes buscan independizarse den ese paso?

Existen varias alternativas que pueden facilitar el paso hacia la independencia sin que los precios sean un obstáculo insalvable. Compartir piso sigue siendo una opción práctica si se planifica bien, ya que permite reducir costes y aprender a convivir con otros. Los contratos de alquiler más flexibles también resultan útiles, ya que ofrecen la posibilidad de cambiar de vivienda sin comprometerse durante años, adaptándose mejor a cada etapa de la vida. Otra opción interesante son las cooperativas de vivienda o modelos colaborativos, donde varias personas unen recursos para acceder a pisos más asequibles o con condiciones más justas. 

No son la solución para todos, pero sí pueden ser un buen punto de partida para quienes buscan independencia, al mismo tiempo que permiten ahorrar para futuras opciones. En general, la clave está en combinar creatividad, colaboración y cierto apoyo estructural, de manera que independizarse sea más accesible y no dependa únicamente de los ingresos o de encontrar un alquiler puntual adecuado. También sería útil disponer de asesoría legal accesible y gratuita para inquilinos jóvenes, ya que muchos desconocemos nuestros derechos y acabamos pagando el precio de esa vulnerabilidad.

¿Ha tenido experiencia con cláusulas abusivas en contratos de alquiler?

Sí, y la experiencia fue bastante frustrante. El año pasado, la inmobiliaria nos obligaba a rescindir el contrato de un piso en el que llevábamos tres años viviendo porque una de nuestras compañeras se volvía a casa de sus padres. No nos permitieron hacer ningún anexo para incluir a otro inquilino y, aunque insistimos en negociar, se negaron a llegar a un acuerdo. Para colmo, nos informaron a menos de un mes de la renovación automática del contrato de que el alquiler subiría de 1.500 € a 2.400 €, lo que resultó completamente desproporcionado. Durante todo ese tiempo, tardaban días en responder a nuestros correos o simplemente no ofrecían ninguna solución. Finalmente, nos dejaron con solo 15 días para buscar piso en junio, cuando encontrar algo en Madrid ya es muy complicado. 

Helena Seijo, 24 años

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Además, nos acusaron de que, como quedaban pocos días, íbamos a aceptar las nuevas condiciones, pese a que habíamos avisado con antelación sobre la salida de una compañera y nuestra intención de negociar. Tras mucho insistir, finalmente nos permitieron irnos, eso sí, quedándonos con solo 15 días para encontrar una nueva vivienda y perdiendo la fianza. Este tipo de situaciones demuestra que los jóvenes necesitamos protecciones legales más claras y efectivas. También sería útil disponer de asesoría legal accesible y gratuita para inquilinos jóvenes, ya que muchos desconocemos nuestros derechos y acabamos pagando el precio de esa vulnerabilidad.

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“Creo que lo más efectivo es informarse bien y compartir experiencias reales, sin convertirlo en una lucha generacional” - Helena Seijo

¿Cómo cree que los jóvenes podrían informarse y prepararse mejor para enfrentar los retos del alquiler y la vivienda?

Creo que lo más efectivo es informarse bien y compartir experiencias reales, sin convertirlo en una lucha generacional o en quejarse por quejarse. Historias concretas, cifras claras y ejemplos de abusos o dificultades generan más impacto y muestran que el problema es estructural, no personal. Los jóvenes solo queremos trabajar para poder desarrollarnos, independizarnos de nuestros padres y visualizar un futuro en el que podamos tener nuestra propia familia. Por eso, es importante usar medios, redes y plataformas para contar casos concretos y proponer soluciones prácticas, en lugar de limitarse a la indignación. Así, nuestra voz se escucha con seriedad y claridad, mostrando lo que hace falta cambiar para que la independencia sea realmente posible.

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