El mundo de las telas es más amplio de lo que parece. Si bien es cierto que no hay un número fijo de tipos de tela, ya que la clasificación depende de diferentes criterios, las telas por lo general se agrupan en tres grandes categorías por su origen: naturales, artificiales y sintéticas.
Asimismo, existen miles de variedades de telas clasificadas por su estructura o sus propiedades. Dentro de este último grupo se encuentra el denim, el terciopelo o el satén, un tejido que tiende a ser confundido con el raso por su aspecto brillante y liso. Sin embargo, existen unas diferencias.
El satén y el raso, dos tejidos distintos que tienden a confundirse
La importancia de los tejidos
La experta en tejidos y creadora de contenido Ribes y Casals se ha trasladado a redes sociales para indagar en las diferencias entre el satén y el raso, unos tejidos con propiedades desconocidas para la gran mayoría.
Según la experta, el satén no es una fibra, es un tipo de ligamento, el cual se caracteriza por dejar visibles hilos largos en la superficie, lo que produce un brillo intenso y uniforme: “Puede fabricarse en seda, algodón, poliéster, acetato y mezclas” asegura la joven, la cual añade que el satén suele ser brillante por un lado y mate por otro. La experta de Ribes y Casals desvela el uso principal de este tejido: vestidos de noche, lencería, forros y moda nupcial.
Por otro lado tenemos el raso, un tejido de ligamento satén caracterizado por su firmeza y su brillo. “Con el paso del tiempo el término se ha extendido para referirse a tejidos muy brillantes, casi siempre de fibras sintéticas que imitan su aspecto” cuenta la experta, la cual asegura que el raso hoy en día también se teje en algodón, viscosa o poliéster. En cuanto al uso de este tejido, el raso se utiliza en alta costura, tapicería o moda nupcial.

