La inglesa que vino a Catalunya para ser profesora de inglés y ahora enseña catalán:“Me parece muy triste que en Barcelona se hable tan poco; cuando voy allí, yo nunca cambio de idioma”
Historias
Amelia McDade es de Manchester; hace siete años vino a Catalunya para trabajar como profesora de inglés, pero aprendió catalán y ahora lo enseña a decenas de personas
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Amelia se mudó de Manchester a Jorba, aprendió catalán y ahora enseña a otros extranjeros
Cuando Amelia McDade, de Manchester, tenía solo 20 años, decidió mudarse a Catalunya para trabajar como profesora de inglés. Eso fue hace casi siete años, y en aquel momento solo hablaba inglés y un poco de castellano. Ahora, enseña catalán a personas de todo el mundo.
Todo empezó cuando estudiaba en la universidad: “Quería mudarme a otro país, tener otro tipo de vida y aprender cosas nuevas”, explica. Hasta ese momento, nunca había estado interesada en aprender otro idioma: “En Inglaterra no tenemos muy buena educación en ese sentido, porque como hablamos inglés y es el idioma universal, no es algo muy importante para nosotros”.
Pronto tuvo claro que quería instalarse en España. “Tuve dos ofertas de trabajo: una en Toledo y otra en Jorba; la de Toledo era para enseñar inglés a policías, pero yo estaba estudiando para ser maestra de primaria, y la de Jorba era para una escuela”, recuerda. Así que lo tuvo claro y se mudó a ese pequeño pueblo de la comarca de Anoia, donde vivió cinco años antes de instalarse en Igualada.
Aprender catalán fue mucho más fácil en un pueblo pequeño
Amelia ya hablaba castellano, pero explica: “Tuve que aprender catalán muy rápido porque Jorba es un pueblo pequeño y todo el mundo lo habla”. Aun así, no lo sintió como una obligación: “Lo hice por gusto, ya venía con la intención de aprender catalán. Antes de venir ya había leído todo sobre Catalunya, y dije: ‘Si voy allí, tengo que aprender catalán por respeto a la gente y para integrarme bien’. Lo tenía clarísimo”.
“Si voy a Catalunya, tengo que aprender catalán por respeto a la gente y para integrarme bien”
Aunque “los pronombres febles me costaron mucho”, reconoce riendo, “tuve mucha suerte de acabar en Jorba porque estaba rodeada de gente que lo hablaba, y fui aprendiendo con los niños. Además, estaba interesada y motivada, y si oía una palabra nueva, enseguida buscaba su significado”, explica Amelia.
Además, asegura que todo el mundo la ayudó mucho a mejorar su catalán: “La gente siempre me ha tratado muy bien. Cuando hice la transición del castellano al catalán, se esforzaban en hablarme en catalán y me ayudaban, y si me equivocaba no me hacían sentir mal”.
De hecho, cree que si hubiera acabado en Barcelona, no habría podido aprenderlo tan rápidamente. “Me parece muy triste”, reconoce hablando de la pérdida del idioma en la capital. Y explica: “Cuando voy a Barcelona, siempre hablo en catalán, nunca cambio de idioma. Yo soy inglesa y he hecho el esfuerzo de aprenderlo. Si estamos en Catalunya, pienso que deberíamos hablar catalán”. De hecho, “el otro día le dije a mi pareja que, a partir de ahora, diré que no entiendo el castellano y que solo entiendo catalán e inglés”, dice medio en broma.
“Cuando voy a Barcelona, nunca cambio de idioma. Si estamos en Catalunya, deberíamos hablar catalán”
Amelia publica contenido en redes sociales en inglés, castellano y catalán, pero solo ha recibido comentarios negativos en este último caso: “Me parece increíble el odio que la gente le tiene al catalán. Eso no pasa con otros idiomas”. Aun así, asegura que no le sorprendió, porque ya era consciente del problema antes de venir a Catalunya: “Ya sabía que pasaría, porque me informé, pero cuando llegas aquí y hablas con gente que te cuenta sus experiencias, lo vives mucho más”. De hecho, desde que se mudó ha participado en más de una manifestación: “Caminé desde Igualada hasta Barcelona por los presos políticos”, cuenta.
Extranjeros que quieren aprender catalán
Después de estar en la escuela de Jorba, Amelia empezó a dar clases particulares en línea de inglés, catalán, castellano y también italiano. Gracias a su presencia en redes (tiene 15.000 seguidores en Instagram), tiene la agenda llena: “Tengo 50 alumnos y trabajo cada día hasta las nueve de la noche. Me siento muy afortunada”, explica.
Amelia hace clases de inglés, castellano, catalán e italiano
Hay catalanes que quieren aprender inglés, pero muchos de sus alumnos son personas recién llegadas a Catalunya. “Tengo muchos alumnos ingleses que viven aquí y quieren aprender catalán antes que castellano”, explica Amelia. Y también hay gente que vive fuera y está interesada: “Tengo muchos chicos con parejas catalanas que quieren aprender el idioma por ellas o por sus familias”.
“Tengo muchos alumnos ingleses que viven aquí y quieren aprender catalán antes que castellano”
Pero uno de los casos más curiosos es el de “una chica inglesa que tiene una amiga catalana y quiere aprenderlo para poder comunicarse con su madre cuando venga de vacaciones a Catalunya”, explica. “Para mí, que quiero tanto el catalán y quiero protegerlo, escuchar estos casos me da esperanza”.
Vivir en Catalunya
Después de siete años aquí, Amelia tiene claro que lo que más le gusta de Catalunya es “la gente, el idioma, la comida y también la variedad que hay: tenemos tanto mar como montaña, museos, arquitectura... ¡Aquí hay de todo!”, asegura. Pero si hay algo a lo que todavía no se ha acostumbrado es al tono de voz de los catalanes: “En los restaurantes de Inglaterra se escucha silencio porque la gente habla muy bajito, y aquí hay mucho alboroto”.
Eso sí, no está nada de acuerdo con el estereotipo que dice que los catalanes son serios y tacaños: “En todos los años que he estado aquí, la gente siempre ha sido muy generosa y me han tratado muy bien. Siento mucha rabia cuando escucho esos estereotipos…”, confiesa.
Y durante estos años, también ha tenido tiempo de encontrar el amor. Con Jordi, su pareja, un chico de Igualada, también hace vídeos donde ponen a prueba sus niveles de inglés y de catalán. “Siempre hablamos en catalán, y últimamente nos hemos dicho que él tiene que espabilarse un poco con el inglés”.
Y la pregunta del millón: ¿Catalunya o Inglaterra? “Me gustaría volver a Inglaterra por una temporada. Me encanta estar aquí, pero hay momentos en los que echo mucho de menos a mi familia y a mis amigos de toda la vida”, confiesa. De hecho, ella y Jordi se están planteando ir juntos, pero el Brexit ha complicado mucho el proceso: “Él necesitaría un visado y no es tan fácil. Es uno de los motivos por los que nos lo estamos replanteando”.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.