Javier Rodríguez, 20 años, español viviendo en París: “Lo más duro es perderte los cumpleaños, las Navidades y los momentos importantes”
Vivir en el extranjero
Vivir en el extranjero es una de las experiencias que muchas personas desean experimentar en su juventud
Javier Rodríguez actualmente vive en París mientras trabaja en un hotel.
Cuando terminas Bachillerato, muchos jóvenes se enfrentan a una de las decisiones más complicadas de su vida: elegir qué camino seguir para empezar a construir su futuro laboral. En el caso de Javier Rodríguez, decidió viajar a París con un billete de ida y vuelta de una sola semana, con la intención de descubrir qué podía ofrecerle la ciudad. Para su sorpresa, los retos de una vida nueva, un idioma desconocido y la posibilidad de encontrar estabilidad laboral hicieron que se quedara. A día de hoy, lleva dos años viviendo en la capital francesa. “Sin hablar nada de francés, fui repartiendo mi CV a todos los restaurantes de un barrio y en un día ya conseguí trabajo”, explica en una entrevista para La Vanguardia.
Ciudad de París.
Vivir en el extranjero
La ciudad parisina
¿Qué te llevó a mudarte a París?
Al principio quería estudiar artes escénicas en Londres, pero me di cuenta de que era carísimo. Mientras tanto, veía que todos mis amigos ya estaban moviéndose: unos empezaban la universidad, otros se iban de au pair a otros países, otros encontraban empleos temporales y yo sentía que no estaba haciendo nada. Así que decidí ir a París y me dije: “Me voy a comprar un billete de ida y vuelta, me doy nueve días y si encuentro un piso y un trabajo me quedo, y si no, vuelvo”. Y ahora mismo ya llevo dos años aquí.
¿Cuál es tu trabajo en París y cómo llegaste a conseguirlo?
Al día siguiente de llegar, sin hablar nada de francés, dejé mi currículum en muchos lugares, y, ese mismo día, conseguí una entrevista para trabajar en un restaurante. Esa experiencia me ayudó a aprender francés más rápido, y tras 8 meses allí, ahora trabajo como botones (chófer de equipaje y servicios) en un hotel de lujo. La verdad es que estoy muy contento.
En Francia el sueldo es mucho más alto, te valoran, te dan estabilidad y puedes evolucionar profesionalmente
¿Cómo es el ambiente de trabajo francés?
No he trabajado nunca en España, así que no puedo comparar las ofertas y condiciones laborales de ambos países, pero lo que sí puedo asegurarte es que en París es muy fácil encontrar trabajo y hay muchas ventajas. En mi hotel, por ejemplo, nos cubren dos comidas al día, un seguro privado y nos pagan el 75% del transporte. En general, el sueldo es alto comparado con España; aquí te valoran, tienes estabilidad y puedes evolucionar profesionalmente.
También hay mucha cultura de alternance, que consiste en que una semana trabajas y la otra estudias. De esta forma, muchos estudiantes consiguen experiencia mucho más rápido, las empresas ya te conocen y es mucho más probable encontrar un puesto tras finalizar tus estudios.
Javier encontró trabajo en la capital francesa en un solo día.
¿En cuánto ronda el salario allí?
Cuando recién llegué cobraba unos 1.800 euros netos sin contar las propinas. Y ahora en el hotel cobro alrededor de 2.500 euros. La verdad es que con ambos salarios puedes vivir bien, ahorrar y darte de vez en cuando algún que otro capricho.
¿Cómo fue tu proceso de adaptación?
Para mí fue un shock total; pasé de una ciudad como Vigo a una ciudad enorme como París, y de vivir con mis padres a estar completamente solo. Pero lo que más me costó fueron los papeleos, como la tarjeta sanitaria, entender cómo funciona la administración... y hacerlo todo en un idioma que no hablas. Pero una vez que te adaptas, construyes tu círculo de amigos, empiezas a disfrutar de la ciudad desde otra perspectiva.
Tengo que admitir que este proceso me ayudó a aprender muchísimo sobre mí mismo. Aprendí a estar solo, a conocerme mejor, a resolver todo por mí mismo y a no agobiarme tanto.
Los parisinos son muy protectores de su ciudad; si ven que hablas mal francés, prefieren que les hables inglés
¿Es fácil hacer amigos locales o los franceses son más reservados?
Los franceses, sobre todo los parisinos, son cerrados al principio. Les cuesta abrirse, pero una vez lo hacen, son supercálidos. Sin embargo, debo admitir que mis amigos son todos españoles y eso le pasa a muchas personas en mi misma situación: por una parte, cuando estás todo el día hablando en francés, lo que más te apetece después de terminar tu turno es estar con gente que habla tu idioma y que entiende tus chistes sin que tengas que pensar.
Existe el estereotipo de que los franceses son un poco bordes o distantes… ¿Lo has notado así?
Yo diría que eso es más un estereotipo propio de los parisinos. En París son muy protectores de su ciudad. Si ven que hablas francés mal, a veces prefieren que les hables inglés. Se estresan un poco con los acentos. En cambio, en las zonas más rurales sí he notado que la gente es muchísimo más abierta desde el principio.
Fran González y sus amigos.
¿Cómo está el tema del alojamiento allí? ¿Es fácil encontrar piso?
El alojamiento en París es caro, pero depende de la suerte que tengas, puedes encontrar buenos precios. En mi caso, por un estudio pago unos 600 euros por 13 m² en pleno centro con luz y agua incluidas. Aunque es pequeño sé que he tenido mucha suerte, ya que tengo amigos que pagan entre 650 y 950 euros, dependiendo del barrio. Esta ciudad funciona por contactos: si conoces a alguien que te recomienda al casero, si tienes un trabajo fijo, si tienes buenas referencias, es mucho más fácil todo.
¿Qué es lo que echas de menos de casa?
La familia sin duda. Lo más duro es perderte los cumpleaños, las navidades y los momentos importantes. A veces sientes que la vida de tu gente se pausa porque tú estás fuera, pero cuando vuelves te das cuenta de que no, que la vida sigue y que, en realidad, te has perdido muchísimas cosas.
¿Te ves volviendo a Galicia en algún momento o tu vida está aquí en Francia?
Galicia me encanta y veraneo siempre allí, pero en cuanto a trabajo, las oportunidades que tengo en París no las tendría en Galicia. En Francia encontré dos trabajos sin hablar francés en un día. Y, aunque no sea la ciudad en la que quiera pasar toda mi vida, sí quiero estar durante mis veintitantos, porque ahora mismo me da lo que necesito: estabilidad, buenas condiciones y calidad de vida.