Durante los meses de verano la piel experimenta cambios por la exposición al sol, el cloro, el mar y los cambios en la rutina. Tras las vacaciones, la piel está cetrina, gruesa, cansada y con el tono alterado, y además aparecen las temidas manchas que no siempre están relacionadas con el sol, puesto que pueden ser hormonales.
“Las altas temperaturas y los cambios de rutina durante las vacaciones alteran y deshidratan la piel. El sol aumenta el porcentaje de queratina y engrosa la dermis por acumulación de células muertas que, además, impiden que los cosméticos penetren bien. La sobredosis de protección solar con activos grasos también altera la dermis. ¿El resultado? La piel pierde su luz y presenta un aspecto sucio, con un bronceado desgastado con zonas manchadas”, afirma la doctora Beatriz Beltrán, especialista en medicina interna, medicina estética y nutrición.
La doctora Beatriz Beltrán es especialista en medicina interna, medicina estética y nutrición
Uno de los problemas estéticos que más preocupan en esta época del año son, sin duda, las hiperpigmentaciones cutáneas. “Son uno de los motivos de consulta más frecuentes durante los meses de verano y en otoño”, señala la fundadora de la clínica Beatriz Beltrán.
Como explica la doctora, “factores como la genética, la edad, los cambios hormonales afectan; pero la deshidratación y la exposición solar son los grandes desencadenantes. También veo manchas post-inflamatorias que ocurren cuando rascamos un granito o una picadura y se convierte en una marca hiperpigmentada”.
Factores como la genética, la edad, los cambios hormonales afectan; pero la deshidratación y la exposición solar son los grandes desencadenantes”
Todas las manchas pueden tratarse pero se tiene que diferenciar entre las manchas solares y las hormonales. “Las solares, en realidad, son las más fáciles y muchas desaparecen con una sola sesión de láser. Además, cuanto más oscuras más fáciles de eliminar porque son superficiales; en cambio en las claras necesitamos más sesiones”, apunta Beltrán, que añade: “Las más difíciles de eliminar son las hormonales porque hay un componente que no podemos controlar y nos hace variar los resultados. Las post-inflamatorias también son complicadas, pero gracias a todas las herramientas que tenemos logramos resultados espectaculares”.
Por ello, la doctora Beltrán asegura que es muy importante el diagnóstico para dar con el tratamiento que dé respuesta a la necesidad de la piel y aborde este problema. “Tenemos herramientas que nos permiten analizar a qué nivel está la mancha, cómo es y qué cantidad de pigmento tiene. Es la manera de dar con el tratamiento más efectivo, aunque a veces tenemos que combinar varios protocolos para garantizar el éxito”, explica.
El láser es una buena manera para acabar con las manchas en la piel
Para evitar las manchas se deben usar principios antioxidantes y apostar también por el retinol -siempre se aplica por la noche-. También es imprescindible usar un protector solar por la mañana para tener la piel bien protegida. “Como regla general, recomiendo utilizar cremas con fotoprotección de amplio espectro SPF 30 o superior, porque el sol es el principal responsable del fotoenvejecimiento. Podemos incluir tópicos antioxidantes, como la vitamina C o el ácido ferúlico, que neutralizan los radicales libres; niacinamida para reducir la hiperpigmentación; ácido hialurónico para mantener la piel hidratada, retinoides que favorecen la renovación celular y estimulan el colágeno y péptidos que actúan sobre la firmeza y densidad dérmica”, expone.
La doctora Beltrán indica que es importante hacerse un diagnóstico en la clínica para dar con la rutina adecuada, puesto que “no todo sirve”. Se debe tener en cuenta que las necesidades de la piel cambian en cada estación, por lo que aconseja visitar la clínica un par de veces al año para hacer una valoración. “Lo ideal es acudir una o dos veces al año para evaluar el estado de la piel y prescribir la rutina ideal”, dice.
Láser y peeling, dos de los tratamientos más recomendables
En cuanto a los tratamientos estéticos, la especialista destaca el láser. “En la clínica contamos con todo tipo de láseres y algunos se pueden hacer en verano para que las manchas se aclaren sin problema. El láser fraccionado de diodo Clear + Brilliant afina el poro, mejora la textura y elimina de forma indolora las manchas superficiales. Se puede hacer todo el año y en todos los que potencia el glow natural y es un reset ideal para esta época del año. Con la luz pulsada también conseguimos acabar con las manchas solares más profundas, melasmas, marcas post-inflamatorias o lentigos. Una vez realizado el tratamiento, aparecen manchas más oscuras y sin costras que desaparecen a los 10 días. Son muy fáciles de camuflar con maquillaje”, expone.
También se puede realizar el Glow Peel, un peeling sin agujas que revitaliza la piel, atenúa la flacidez facial y cicatrices y aclara el melasma o el Préime Dermafacial, una aparatología que une 5 tecnologías en una sesión. “Incorpora microdermoabrasión con vibración y luz LED roja para mejorar el tono y la textura de la piel; microcorrientes eléctricas que favorecen la tonificación muscular, radiofrecuencia para estimular la producción natural de colágeno y elastina; ultrasonidos térmicos que favorecen la absorción de los ingredientes activos, y la tecnología de vacío que limpia e hidrata con efecto glow. El efecto es espectacular”, concluye la doctora.


