“El sol, el cloro, el mar… dejan huella, sí. Pero con los gestos adecuados, puedes devolverle a tu piel la frescura que necesita y mantener esa luz que tanto favorece”, afirma la cosmetóloga Esther Moreno. La facialista de EM Studio asegura que no todo está perdido tras los excesos de verano y que con una buena rutina se puede recuperar la piel y prolongar ese efecto embellecedor que se ha conseguido en vacaciones.
Solo se necesitan cuatro pasos para recuperar esta luminosidad natural: una limpieza honesta, una exfoliación inteligente, una hidratación intensa y activos que reconstruyan desde dentro. Tras varias semanas de mucho filtro solar, sudor, sal y cloro, la piel necesita hacer un reset y empezar de cero, por lo que deben eliminarse los residuos y toxinas, pero eso sí, sin romper el equilibrio.
Esther Moreno realizando un tratamiento facial en su centro
“Hay que arrastrar lo que no queremos, pero siempre respetando el pH y la barrera cutánea. Sólo así podemos preparar la piel para recibir lo que realmente necesita”, señala la cosmetóloga, que recomienda optar por texturas suaves que limpien en profundidad sin resecar.
En cuanto a la exfoliación, es muy necesaria para acabar con ese tono apagado y textura rugosa. Una buena exfoliación puede renovar sin irritar y devolver ese aspecto liso y luminoso. “La exfoliación bien pautada afina la superficie, reactiva la circulación y libera a la piel de células muertas que apagan la luz natural del rostro”, apunta Moreno, que aconseja usar ácidos suaves, enzimas o exfoliantes mecánicos suaves.
La exfoliación bien pautada afina la superficie, reactiva la circulación y libera a la piel de células muertas que apagan la luz natural del rostro”
La hidratación es el pilar básico del cuidado de la piel, que en este momento del año está deshidratada por el aire acondicionado y cambios de hábitos. “La hidratación no es una opción. Es el paso que devuelve elasticidad, confort y jugosidad a la piel. Sin agua, no hay luz”, insiste la facialista. Se deben buscar fórmulas con ácido hialurónico, glicerina, pantenol o activos humectantes que retengan agua en profundidad.
Esta rutina de cuidado debe incluir también activos reparadores que estimulen la arquitectura profunda de la piel y activos iluminadores que devuelvan la uniformidad y glow. “Tu piel tiene memoria, y si le das lo que necesita para repararse, te lo devuelve en forma de luz, firmeza y frescura”, dice Moreno. En esta parte de la rutina entran los péptidos, antioxidantes o factores de crecimiento.


