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El inesperado diagnóstico tras acudir al médico a una revisión por sus deseos de ser madre: “Pensaba que estaba cansada, sin más”

Historia real

Una mujer australiana cuenta cómo una simple visita cambió radicalmente su futuro y planes más inmediatos

Una revisión ginecológica cambió para siempre la vida de una mujer británica.

Capenergy

Steph Hilton, una australiana de 39 años, siempre soñó con ser madre. Al cumplir 30, decidió que había llegado el momento de comenzar a pensar en ello en serio. A pesar de estar soltera en aquel momento, no dudó en acudir al médico a hacerse una revisión para comprobar cómo estaba su salud para tal propósito a corto plazo.

Con lo que no contaba, sin embargo, era con recibir la peor noticia de su vida. Antes de acudir al médico, comenzó a sentirse mal. Los episodios de ansiedad comenzaron a sucederse, al igual que los cambios de humor repentinos, los sudores y las noches de insomnio. La joven, terriblemente cansada, decidió comentárselo a su médico en la primera visita. ¿Sería agotamiento o una forma de anemia? ¿Un virus?

La mayoría de las mujeres comienzan esta transición a la menopausia entre los 45 y 55 años.

iStock

Lo que nunca esperó es que el diagnóstico que recibiría de su médico cambiaría su vida para siempre: fallo ovárico prematuro (FOP), causa de infertilidad en el 1% de las mujeres. “Había entrado de lleno en la menopausia”, cuenta a Daily Mail Australia. “Pensaba que estaba cansada, sin más”.

Estaba a punto de cumplir 33 y, a pesar de que le faltaba casi una década para vivir la menopausia, ahí estaba ella, con la noticia de que no podría cumplir su sueño de ser madre de un hijo biológico de manera natural. “Estaba desolada. Lloré desconsolada”, reconoce.

Los síntomas y consecuencias de la menopausia precoz son los mismos que aparecen en mujeres a partir de los 50 años

Después de su diagnóstico, como si todo se colocase en su sitio, los síntomas llegaron todos a la vez: Sofocos, sudores nocturnos, dificultad para dormir, malestar en las articulaciones y músculos, dolor durante el sexo, cambios de ánimo e irritabilidad, olvido, dificultad para concentrarse… Lo peor, ver cómo su entorno seguía haciendo su vida. Sus amigas se casaban, se quedaban embarazadas; ella, por su parte, envejecía a toda velocidad, incluyendo los primeros signos de osteoporosis.

Aún así, no abandonó sus sueños de ser madre. Todavía tenía una oportunidad de hacer sus sueños realidad, si optaba por la fecundación externa asistida en laboratorio. Su hermana fue la donante de óvulos y, gracias a ella y un donante de esperma anónimo, pudo comenzar el largo proceso de la maternidad.

Hilton solo podía ser madre a través de la fertilidad in vitro.

Getty Images/iStockphoto

Tras muchos intentos fallidos y dos abortos, uno de un bebé de 20 semanas a la que llamó Daisy Clare, Steph continúa con su lucha por su sueño. Por suerte para ella, una buena amiga se ofreció para ello. Por desgracia, las dos primeras transferencias embrionarias han fracasado.

No se rinde. Puede estar agotada económica y emocionalmente, pero quiere ser madre. Si bien decidió tomarse un breve descanso de la FIV para ahorrar dinero y descansar su cuerpo, no ha habido un momento en el que no haya anhelado tener un hijo.

Apoyada por sus seres queridos

“Estoy en un punto muerto, no puedo seguir adelante con mi vida hasta que suceda o no suceda”, dice. “He demostrado que puedo gestar un bebé; se trata de encontrar el embrión adecuado”. Soltera durante todo este tiempo, continúa optando por los tratamientos de fertilidad, pues la adopción en Australia es mucho más complicada dadas sus circunstancias.

Los amigos de Steph han creado una campaña para ayudarla económicamente.

GoFundMe

Sus amigos han creado una campaña de crowdfunding para ayudarle a cumplir su sueño. Ella, por su parte, es optimista. Además, confía en que su historia anime a que más mujeres jóvenes se hagan revisiones periódicas y cuiden su salud sexual.

“Si quieres tener hijos, o crees que quieres tenerlos, nunca es demasiado pronto para hacerte la prueba”, insiste. “Nunca supongas que, solo porque eres mujer, está destinado a suceder, y sucederá. Si quieres tener hijos, hazte pruebas”.