Diana Rizzolo, nutricionista: “Todos conocemos cuál es la dieta perfecta, pero estamos cansados y buscamos el método fácil”

Alimentación y bienestar

La doctora e investigadora en la Universidad de Columbia de Nueva York habla de la importancia de diferenciar entre tipos de azúcares para una alimentación sana

El azúcar llama y lo que es peor, se esconde.

El azúcar llama y lo que es peor, se esconde.

Photo by Tamas Pap on Unsplash.

Estamos en un momento en el que cada vez son más los interesados en mejorar su alimentación y optar por productos más sanos, naturales y sostenibles. Todo, con miras a la prevención de enfermedades más graves, como las cardiopatías o la obesidad, que ya se ha convertido en la gran lacra del siglo XXI.

En el caso de la obesidad, muchos opinan que la gran “culpa” de todo esto la tiene la glucosa, que muchos erróneamente identifican con el azúcar. Si bien es verdad que la glucosa es también conocida como azúcar en la sangre y es clave para el organismo, nada tiene que ver con el azúcar que podemos consumir en los alimentos.

No es lo mismo el azúcar añadido que la fructosa.

No es lo mismo el azúcar añadido que la fructosa.

Photo by Matt Seymour on Unsplash

De este tema y para aclarar los términos adecuadamente se han sentado a hablar los doctores de Impacientes, Delia y Víctor, con la también doctora Diana Rizzolo, nutricionista, investigadora en la Universidad de Columbia (Nueva York, EE.UU.) y profesora en la Universitat Oberta Catalunya (UOC). Una experta en todo lo que tiene que ver con la glucosa y el azúcar, que ha querido explicar cómo funciona todo el proceso.

“Se malinterpreta un poco esta relación. La glucosa es una molécula que nos da energía y se obtiene de la alimentación, de carbohidratos, que se llaman azúcares”, explica Rizzolo. “En relación a esto, el páncreas detecta que los niveles de esta molécula están altos y envía una hormona llamada insulina, que es como una llave que abre la puerta para que la glucosa se incorpore a las células”.

La doctora Diana Rizzolo, doctora en medicina, investigadora en la universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.) y profesora en la Universitat Oberta Catalunya (UOC).

La doctora Diana Rizzolo, doctora en medicina, investigadora en la universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.) y profesora en la Universitat Oberta Catalunya (UOC).

Impacientes Podcast (captura)

El problema viene, como siempre, con los excesos. El consumo máximo que se debe consumir son unos 25 gramos al día, que según la especialista todos sobrepasamos sin darnos cuenta por culpa de los azúcares añadidos ocultos en los alimentos. “La gente se piensa que no llega al máximo, pero no somos conscientes de la cantidad de azúcar añadido que comemos”, señala Rizzolo. “A corto plazo, el plato lo almacenará como grasa”.

La nutricionista insiste en que el mundo de las tendencias y las modas ha hecho mucho daño a la alimentación. “Estamos dejando grupos de alimentos que forman parte de una dieta saludable y beneficiosa”, lamenta, ante la moda de algunas dietas de suprimir grupos enteros de alimentos como los carbohidratos o las grasas; o “trucos” como tomar vinagre de manzana, cambiar el orden de comidas o mezclar alimentos.

Diana Rizzolo: “Todos conocemos cuál es la dieta perfecta, pero estamos cansados. Buscamos el método fácil”

“Podemos sobrevivir a una dieta libre de hidratos de carbono, pero se asocia a problemas de salud como el incremento del colesterol LDL, el cortisol -relacionado con el estrés crónico- o la reducción de la testosterona. Quitar un alimento significa poner otro, que suple. Que algo sea posible no quiere decir que sea óptimo”.

Un desayuno saludable cuenta con azúcares, pero simples.

Un desayuno saludable cuenta con azúcares, pero simples.

Unsplash

Para la especialista, lo más importante es ser consciente de lo que se hace -y consume- a la hora de escoger de qué alimentarse. “Sin demonizar alimentos específicos, lo que no es beneficioso para la salud es el azúcar en alimentos añadidos, el que está oculto”, insiste la nutricionista. Además, pide que no se dejen llevar por las modas y tendencias del momento.

“Son super importantes, pero no nos volvamos locos con este tema. Hay que tener niveles de glucosa adecuados. No nos obsesionamos ni nos empecemos a gastar el dinero en productos y sensores que no sabemos utilizar”, insiste, llamando también a la coherencia: “Sobre todo, busquemos fuentes fiables. Elijamos bien a las personas a las que seguimos”.

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