Estamos acostumbrados a llevar un ritmo de vida frenético, lo que no nos permite detenernos a valorar el presente y todos los logros que conseguimos día a día. De la misma manera, tampoco solemos enfrentarnos a las emociones negativas y tendemos a relativizar nuestras miserias con el objetivo de permanecer fuertes y asegurar que la maquinaria social siga funcionando.
El psicólogo Luis Miguel Real ha publicado una reflexión sobre el tema en su cuenta de X, destacando la importancia de no ignorar nuestros sentimientos, así como de abrazar nuestras inseguridades y malos momentos.
Relativizarlo todo puede parecer una postura inteligente y equilibrada, pero cuando llevamos esta mentalidad al extremo, corremos el riesgo de invalidar nuestras propias emociones y experiencias, lo que puede afectar seriamente nuestro bienestar psicológico.
— Luis Miguel Real 🧠 Psicólogo (@LuisMiguelReal4) March 7, 2025
En el hilo que ha escrito en la plataforma de Elon Musk, Real deja claro que relativizarlo todo puede parecer una decisión inteligente, pero advierte que puede afectar seriamente nuestro bienestar psicológico: ''Corremos el riesgo de invalidar nuestras propias emociones y experiencias''.
Según su criterio, si relativizamos cualquier experiencia, la convertimos en algo subjetivo y discutible: ''Si cada vez que sentimos dolor, tristeza o frustración nos decimos 'hay gente que está peor', 'quizás estoy exagerando' o 'tal vez no fue para tanto', terminamos restándole importancia a nuestras propias emociones''.

Mujer triste.
El autor de No pienses en un oso verde ha destacado que, si minimizamos nuestros problemas repetidamente, hacemos creer a nuestro cerebro que nuestros sentimientos no son válidos: ''Esto puede llevarnos a normalizar situaciones que, en realidad, son dañinas''.
Como ejemplo, Real ha puesto una situación en la que una persona nos trata mal. Si pensamos que no fue su intención o que fuimos demasiado sensibles, justificamos comportamientos perjudiciales en lugar de poner límites saludables.
Además, el experto ha señalado que relativizar nuestras emociones tiene otra gran consecuencia negativa: nos puede hacer dudar de nuestra propia percepción de la realidad. ''Esto es especialmente peligroso en situaciones de abuso o manipulación emocional, donde la víctima puede convencerse de que su sufrimiento no es real o que 'no es para tanto'. Es importante recordar que sentir algo ya es razón suficiente para validarlo'', ha expresado.
La importancia de atender nuestras necesidades emocionales
En su escrito, el especialista ha citado un estudio publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology, en el que se demuestra que las personas que invalidan constantemente sus propias emociones corren un ''mayor riesgo de desarrollar ansiedad y depresión, ya que no procesan ni gestionan lo que sienten de manera saludable''.
Para concluir su reflexión, Real ha declarado que aprender a reconocer lo que sentimos sin cuestionarnos continuamente es clave para mantener nuestro bienestar emocional. Por ello, es importante encontrar un equilibrio entre validar nuestras emociones y analizarlas de forma racional.