Una simple mancha de pintura en la mesa puede ser mucho más que un accidente cotidiano. En su nuevo vídeo de TikTok, el neuropsicólogo Álvaro Bilbao plantea una reflexión profunda y reveladora sobre el papel del orden, el control y el verdadero bienestar emocional en la crianza. Con su estilo cercano y directo, el experto lanza una conversación ficticia entre un padre y él mismo que remueve conciencias y deja una enseñanza clara: el exceso de control no siempre es salud, y el desorden puede ser una oportunidad para conectar con nuestros hijos.
Crianza respetuosa
Álvaro Bilbao invita a reflexionar sobre la importancia de priorizar el vínculo con los hijos por encima del perfeccionismo
“Preocuparse mucho por las cosas puede ser un síntoma de salud mental frágil. Las personas con buena salud mental se preocupan más por las personas que por las cosas”, afirma Bilbao en el vídeo, que ya acumula miles de visualizaciones. La escena comienza con un padre (él mismo) que regaña a su hijo por ensuciar la mesa. Es entonces cuando el neuropsicólogo plantea una pregunta clave: ¿y si esa necesidad constante de orden no fuese realmente disfrute, sino una forma de calmar viejos miedos?
“Eso no es disfrutar”, le responde al padre, tras oírle decir que se siente bien cuando todo está ordenado. “Es un mecanismo que te permite sentir alivio cuando todo está bajo control, posiblemente porque alguien en tu familia se ponía muy nervioso con el desorden y el orden te hace sentir seguro”.
Preocuparse mucho por las cosas puede ser un síntoma de salud mental frágil”
Bilbao, que es doctor en Psicología de la Salud y se ha formado como neuropsicólogo en centros de referencia como el Johns Hopkins Hospital (Baltimore) y el Royal Hospital for Neurodisability (Londres), sostiene que muchas personas obsesivas crecieron en entornos donde el caos —emocional o físico— les generaba miedo. Por eso, el orden se convierte más tarde en un refugio mental.
“Tendemos a dar mucha importancia al orden y los objetos, y a angustiarnos por cosas que realmente son irrelevantes”, añade. Y en esa angustia, muchas veces, se cuela el daño: reacciones desproporcionadas, tensión innecesaria y una desconexión emocional con lo que realmente importa.
Una oportunidad emocional
Enseñar desde el error
Lejos de culpabilizar, el mensaje de Álvaro Bilbao está lleno de compasión y alternativas prácticas. “Esa mancha en la mesa puede ser una gran oportunidad para sentarte con tu hijo y enseñarle que puedes disfrutar de la vida”, propone. “Y no olvides que le estarás enseñando también que puede reparar sus errores, que no tiene que tenerlo todo controlado, y lo más importante de todo, que él es más importante para ti que esa mesa”.
Su enfoque, centrado en el vínculo emocional y la educación desde la calma, no es nuevo, pero sí necesario en un momento donde la exigencia, el perfeccionismo y el ritmo frenético de vida han convertido a muchos padres y madres en víctimas de sus propias expectativas.
En sus libros y redes sociales, Bilbao defiende una crianza basada en el respeto, el equilibrio y el desarrollo cerebral del niño. Pero también —como demuestra en este vídeo—, en la sanación de las propias heridas: esas que, muchas veces, nos hacen perder de vista lo esencial por una mancha que, al fin y al cabo, se limpia con un trapo.

