¿Eres de las personas que necesitan tomar café nada más levantarse para empezar el día? Entonces, quizá te interese saber que un pequeño cambio de hábito puede ayudarte en muchos aspectos. Y es que, según el entrenador y osteópata Pablo Iglesias, evitar tomar cafeína en ayunas ofrece múltiples beneficios a nuestra salud.
El experto explica que no tomar café sin haber desayunado previamente hace que empecemos el día con menos niveles de ansiedad y estrés, o que mantengamos unos niveles de energía más estables. Asimismo, asegura que mejora la calidad del sueño, reduce la acidez estomacal y favorece una mayor absorción de nutrientes.
¿Es un mito o una realidad?
La tendencia que tenemos de consumir café como primera ingesta del día hace que nos preguntemos hasta qué punto es cierta la afirmación anterior. Según Kim Barrett, catedrática de Fisiología y Biología de las Membranas en la Facultad de Medicina de la Universidad de California, y miembro de la junta directiva de la Asociación Estadounidense de Gastroenterología, “es poco probable que beber café en ayunas cause un daño al estómago, pero sí podría provocar acidez”, dice en declaraciones recogidas por The Washington Post.
No tomar café sin haber desayunado reduce la acidez de estómago.
El café activa la producción de ácido en el estómago. En cambio, si comes antes de tomar café, la comida ingerida ayuda a equilibrar la producción de ese ácido. En cierta forma, la comida amortigua el exceso de ácido que produce el café. Cabe destacar que este efecto es más común en aquellas personas que suelen tener más acidez de forma habitual.
Los expertos coinciden en que es muy poco probable que el café provoque lesiones graves en el estómago si se ingiere en las dosis habituales. Sin embargo, esto no significa que no tenga algunos pequeños efectos negativos que conviene tener en cuenta.
La mejor hora para tomar café
Otra de las afirmaciones que realiza el entrenador Pablo Iglesias es que no tomar café en ayunas reduce la ansiedad, y esto también es cierto. De manera natural, nuestras glándulas suprarrenales producen los niveles más altos de cortisol (conocida como la hormona del estrés) por la mañana, generalmente entre las 8:30 y las 9:30.
La cafeína y la producción de cortisol pueden producir una sobreestimulación.
La producción elevada de cortisol en este momento es lo que nos ayuda a dosificar nuestra energía durante el día, y va bajando a medida que se acerca la noche. Por eso, lo más recomendable es tomar café a partir de las 9:30 para que no contribuya a esa sobreestimulación.
La cafeína, por su parte, produce un efecto estimulante que, si se suma a los altos niveles de cortisol que generamos por la mañana, se traduce en una mayor sensación de estrés y ansiedad. Por esta razón es preferible desayunar antes y, cuando se empiezan a reducir los niveles de cortisol, tomar el café.
La mejor hora para tomar café es entre las 9:30 y las 11:30.
Por último, debes saber que tomar una cantidad muy elevada de cafeína al día, aunque sea por la mañana, puede alterar la calidad del sueño. Para evitarlo, no solo es recomendable evitar tomar café en ayunas, sino consumir una cantidad moderada cada día que impida una alteración en el sueño por un exceso de actividad cerebral.


