Susanna Søberg, científica metabólica: “Dormir en una habitación fría, a unos 19 grados, activa tu metabolismo, mejora la sensibilidad a la insulina y aumenta la grasa saludable en tu cuerpo”

Salud

“La grasa saludable es el opuesto de la grasa blanca. Si no nos exponemos a diferentes temperaturas que afectan nuestra piel, no estamos activando este órgano tan importante”, explica la Dra. Søberg

Susanna Søberg, científica metabólica

Susanna Søberg, científica metabólica

Cuando hablamos de grasa en el cuerpo, no toda tiene que ser perjudicial para nuestra salud. De hecho, existe un tipo de grasa, la grasa parda, que puede ser muy beneficiosa para nuestro organismo.

La grasa parda es una grasa “buena” y saludable, que desempeña varias funciones clave, como mejorar el metabolismo, aumentar el gasto energético e incluso regular la temperatura corporal. A diferencia de la grasa blanca, que generalmente se acumula en el cuerpo y puede ser dañina, la grasa parda tiene un papel completamente distinto. 

Esta grasa se activa principalmente en condiciones de frío y ofrece múltiples beneficios para la salud. Entre sus efectos positivos se encuentran la mejora de la sensibilidad a la insulina, la reducción de la presión arterial y el aumento del gasto energético.

Mujer calentándose las manos

Mujer calentándose las manos

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La Dra. Susanna Søberg, científica metabólica, explicó en el podcast 'Feel Better, Live More' del Dr. Rangan Chatterjee los impresionantes beneficios que puede tener dormir en una habitación fría para nuestra salud. La experta relató que en un estudio, las personas que dormían en una habitación cálida durante un mes midieron su cantidad de grasa. 

La grasa saludable es el opuesto de la grasa blanca. Si no nos exponemos a diferentes temperaturas que afectan nuestra piel, no estamos activando este órgano tan importante

Dra. Susanna SøbergCientífica metabólica

Luego, al dormir en una habitación a 19 grados, es decir, a una temperatura más fría (pero no extremadamente fría), observaron que aumentaba la cantidad de grasa parda y, además, se volvían más sensibles a la insulina. “Todo esto en solo un mes”, comenta la Dra. Søberg.

El frío es el principal factor que activa nuestra grasa parda, ya que esa grasa fue esencial para nuestra supervivencia cuando éramos seres humanos primitivos. “Cuando nos exponemos al frío, activamos nuestro metabolismo de inmediato porque necesitamos esa grasa para generar calor. Esta grasa toma el azúcar y el flujo sanguíneo para producir el calor necesario”, explica la Dra. Søberg.

Vista superior de una pareja relajada durmiendo en la cama

Vista superior de una pareja relajada durmiendo en la cama

Getty Images

Por lo tanto, aunque dormir en una habitación cálida puede parecer más cómodo, especialmente en los meses más fríos del año, la experta aclara que lo que realmente necesitamos es la exposición al frío. “La grasa saludable es el opuesto de la grasa blanca. Si no nos exponemos a diferentes temperaturas que afectan nuestra piel, no estamos activando este órgano tan importante”, subraya.

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La Dra. Søberg también revela que las personas que no tienen suficiente grasa parda saludable tienden a tener más obesidad, un índice de masa corporal más alto y son más propensas a desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, aquellos que cuentan con grasa parda saludable experimentan un aumento en el gasto energético y una reducción de la presión sanguínea.

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