Con más de 8.000 millones de seres humanos en el mundo, la sociedad cada vez se cruza con más tipos distintos de personas a cada día que pasa. Durante los últimos años, el ambiente a nivel planetario se ha visto enturbiado por una serie de ocurrencias políticas, bélicas y sanitarias, tras los confinamientos provocados por la pandemia del covid. Esto ha comportado un aumento del individualismo, la impaciencia y la ansiedad a nivel global.
Elizabeth Clapés, psicóloga y autora literaria, comparte de forma recurrente reflexiones sobre la materia, indagando en la psique humana y sus respectivos comportamientos. A través de una conversación en el podcast Tal y como somos, que presenta junto a la psicóloga Alicia González, la oriunda de Eivissa reflexionaba sobre los efectos que puede provocarnos el malestar, así como el daño que nos podemos infligir sin realmente quererlo.
“Creo que también es superimportante el decir ‘por esto decido no enfadarme’, porque yo cada vez que me enfado me genero un malestar a mí misma, o siento que me enveneno por dentro porque todas esas emociones que van de la mano, como el enfado, el estrés, la tristeza, la ira, todas esas emociones tienen una respuesta negativa. En mi salud también”, expresaba, antes de compartir su ejercicio para rebajar las presiones.
“Hay un ejercicio que me funciona superbién, que es el decir ‘¿Yo por esta persona me voy a intoxicar por dentro? No’. Con según qué cosas yo decido que a mí no me intoxicas por dentro. Es decir, que yo por ti no me intoxico por dentro, porque muchas veces el grado de malestar que nos genera una discusión o una persona es superior a lo que podemos obtener discutiendo con ella”, sentenciaba ante la atenta mirada de González.

Elizabeth Clapés con sus libros
Contra la toxicidad
Clapés también reflexionaba recientemente sobre la maldad de la gente, y cómo algunas personas podían usar el malestar como excusa para justificar sus actos: “Hay gente que no está dolida, hay gente que es mala. Si tú haces daño, lo estás decidiendo, porque la gente dolida también puede decidir sobre su conducta. Si actúas con maldad, estás decidiendo actuar con maldad. La historia de vida no lo justifica todo”.
“Hay gente, hay personas con vidas dramáticas, horribles y muy dolorosas que no van jodiendo la vida a los demás (…) Un momento difícil nos puede llevar a actuar de forma dañina. Por supuesto que sí. Pero hay límites, porque las personas dolidas también tienen el poder de decidir sobre su conducta. Y si hemos hecho daño a alguien por no haber gestionado bien nuestra conducta estando en un momento complicado, pidamos disculpas. Pidamos disculpas y respetemos la decisión de la otra persona, pero no utilicemos la pena para presionarla para que nos perdone”, expresaba.