Cuando una discusión con alguien cercano sube de tono, lo más fácil es soltar todo lo que uno piensa sin filtros. Pero ese impulso, que a veces parece necesario, puede tener consecuencias. En el ámbito de las relaciones tóxicas, esa reacción inmediata puede volverse en contra.
Así lo explica Déborah Murcia, psicóloga especializada en dinámicas de manipulación, en uno de sus vídeos en TikTok, donde lanza una advertencia sobre este tipo de contextos: “La persona que te quiere manipular aprovechará tu respuesta en caliente para utilizarlo en tu contra”.
Discutir sin pensar
Pausar la conversación ayuda a entender mejor
No se trata de guardar silencio indefinidamente, ni de esquivar el conflicto, sino de pausar la conversación. Tomar distancia no solo para calmarse, sino para observar qué está pasando y cómo se está actuando.
Murcia sugiere cortar el diálogo si se detecta tensión emocional y revisarla más adelante con atención, desde la tranquilidad, analizando cada punto y conectando con lo que se ha sentido. Según su planteamiento, esa revisión ayuda a organizar ideas y decidir con más claridad qué merece la pena decir.
Otra de las claves que plantea es la de centrarse en hechos concretos al retomar el contacto. No generalizar ni acusar, sino mencionar situaciones verificables que la otra persona pueda reconocer.
Aun así, avisa también de los límites de esa estrategia. Si hay pruebas suficientes de que no se va a obtener escucha ni comprensión, la psicóloga sugiere priorizar el bienestar y evitar el debate, aunque eso suponga dar por cerrada la relación.