La psicóloga Andrea Rosario ha compartido una profunda reflexión en sus redes sociales que no ha dejado indiferente a ninguno de sus casi 260 mil seguidores en TikTok. La terapeuta especializada en el ámbito sanitario y experta en neuromarketing compagina actualmente su trabajo como psicóloga con su faceta de divulgadora de contenido sobre salud mental en sus canales oficiales.
Además, la especialista también está enfocada en su pódcast Tu amiga psicóloga, uno de los cinco más destacados por Spotify, en el que trata temas relacionados con la salud mental y la vida en general desde un enfoque cercano y sencillo.
A través de una metáfora, la experta recordaba la importancia de saber respetar nuestros ritmos en la vida sin necesidad de compararnos con los demás. ''El otro día fui a hacer unos trámites de esos que no quiere hacer nadie, de vida adulta. Llegué allí, cogí mi papelito y me puso a esperar. Veía que iba pasando el rato y a mí no me llamaban. Al mismo tiempo, veía como otras personas que entraban cogían numeritosy pasaban por delante'', detallaba.
Según contaba, su primera reacción fue pensar ''estoy haciendo algo mal'', ''me están tomando el pelo'', ''tiene algo que ver conmigo''. Pero finalmente se dio cuenta de que no estaba haciendo nada mal. ''Estas personas tenían un numerito para gestiones diferentes a las que yo tenía'', añadía.

La soledad no deseada ejerce un impacto negativo en el bienestar y la salud emocional de las personas, sobre todo en Navidad.
''Todo esto me hizo reflexionar en que esta sala de espera se puede comparar con la sala de espera de nuestra vida, en las que cada uno tenemos nuestro propio numerito sobre cosas que tenemos que hacer, que tenemos que esperar o que tenemos que pasar. No podemos controlar la situación y solo nos queda estar ahí y esperar nuestro turno'', declaraba.
Pero según Andrea Rosario, lo que hacemos en ese tiempo de espera es compararnos con el resto en vez de acompañarnos en esa espera. ''Empezamos a pensar que hemos hecho algo mal, a estar hipervigilantes del entorno y no entendemos que es nuestro numerito para nuestro turno y para nuestra propia gestión o nuestro propio ámbito de la vida. A veces no queda otra que estar ahí y acompañarnos. En la sala de espera de tu vida va a haber personas que van a pasar antes que tú porque tienen sus propias gestiones, su propio numerito y su propio momento de espera'', concluía.