Elsa Punset, experta en desarrollo personal y escritora: “Más nos vale prepararnos para la segunda mitad de nuestra vida con alegría, la crisis es un truco de la naturaleza para retarnos”
Nuevas oportunidades
La filósofa insiste en que aprovechemos esta nueva oportunidad para renacer y revalorizarnos
Elsa Punset Bannel apuesta por el cambio durante la crisis de mediana edad.
La crisis de la mediana edad es un proceso psicológico y emocional que suele ocurrir entre los 40 y 60 años, cuando las personas se enfrentan a un sentimiento de insatisfacción o cuestionamiento de su vida. Un período que muchos viven con desazón, pues la reflexión sobre logros no alcanzados, cambios en el cuerpo, la cercanía a la jubilación o la pérdida de seres queridos hace mella en su salud mental; el tiempo pasa rápido y no han logrado todo lo que esperaban.
Un momento que algunos viven con ansiedad, frustración o incluso depresión. Sin embargo, la crisis de la mediana edad también puede ser una oportunidad de crecimiento personal. Así lo señala Elsa Punset, divulgadora y experta en crecimiento personal, que anima a utilizar este periodo como una motivación para reinventarse.
Llegar a la mediana edad... ¿Momento para reinventarse?
“Como especie, tenemos la posibilidad de vivir vidas cada vez más largas, más nos vale prepararnos para esa segunda (¡y tercera!) mitad con alegría, curiosidad y ganas de cambio”, recomienda la escritora. “La crisis de mediana edad también podría ser un truco de la naturaleza. El cerebro nos podría estar retando para que usáramos nuestros recursos y que no cesemos en mejorar nuestras circunstancias hasta el final de la vida”.
“Una idea motivadora en una cultura en la que no se ve el cambio como algo positivo, pues se supone que siempre hemos de aparentar 25 años, vivir en un solo lugar y aferrarnos a un solo trabajo”, lamenta Punset, que señala que la vida real “no es así”, pues estamos inmersos en lo que ella denomina “el baile del cambio”.
Aprovechar la crisis de la mediana edad como una oportunidad comienza con una introspección profunda.Un momento ideal para cuestionar qué metas se han conseguido o se esperan conseguir en el futuro, qué es posible o qué se desea a nivel personal y emocional. Un proceso de revalorización que puede ser liberador, además de ofrecer una claridad que se había perdido en el caos de las responsabilidades diarias.
Además, la crisis de la mediana edad puede ser un llamado a salir de la zona de confort y explorar nuevas pasiones o emprendimientos. Muchas personas aprovechan esta etapa para iniciar un nuevo proyecto, estudiar algo que siempre les interesó o incluso cambiar de rumbo profesional. Con la experiencia adquirida a lo largo de los años, es posible tomar decisiones más informadas y alineadas con lo que realmente nos llena. Al ver la crisis no como un final, sino como un inicio, se abre la puerta a nuevas oportunidades de crecimiento personal y satisfacción.
Llegar a la mediana edad no significa caer en crisis.
Por ello, Punset anima a considerar esta “crisis” como un periodo para apostar por la reflexión, sin resistirse al cambio. Una oportunidad para todo un renacimiento, si se maneja con aceptación y perspectiva.