Luis Alberto Zamora, Nutriman: “No lleves bombones ni embutidos a un familiar hospitalizado: el exceso de azúcar y grasa puede interferir en su recuperación”

Alimentación Hospitalaria

Una alimentación adecuada en hospitales y residencias es clave para la salud del paciente, pero también es importante saber qué no llevar desde casa

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El exceso de azúcar o grasa que familiares llevan desde casa puede interferir con los tratamientos pautados por el equipo médico

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Atresmedia

La calidad de los menús hospitalarios vuelve a estar en el centro del debate. El Ministerio de Sanidad ha iniciado la tramitación de un decreto para mejorar la alimentación en residencias y hospitales, y en el programa Y ahora Sonsoles, el nutricionista Luis Alberto Zamora —más conocido como 'Nutriman'— ha analizado esta medida y ha dado una serie de consejos tan necesarios como poco conocidos. Entre ellos, uno muy claro: “No lleves bombones ni embutidos a un familiar ingresado”. ¿El motivo? “El exceso de azúcar y grasa puede interferir en su recuperación”.

Una dieta equilibrada acelera la recuperación

Una de cada cuatro personas ingresadas está desnutrida

Zamora arrancó recordando una cifra preocupante: “Se estima que una de cada cuatro personas hospitalizadas está desnutrida”. Por eso, destacó que lo primero que debe garantizarse en centros sanitarios es una dieta rica en fibra, vitaminas y antioxidantes: “Cuando estás encamado, la fibra es clave para combatir el estreñimiento y facilitar una recuperación eficaz. Si estos nutrientes faltan, la medicación muchas veces deja de ser del todo efectiva”.

Bombones, embutidos o bollería pueden alterar el metabolismo y dificultar la recuperación de pacientes vulnerables

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En su análisis de algunos menús reales extraídos de webs de hospitales y residencias, 'Nutriman' encontró luces y sombras. “Está bien que haya presencia de verduras, pero sigue repitiéndose mucho la carne de cerdo porque es económica, y eso debería ser de consumo ocasional”, explicó. También señaló errores habituales como el uso de pan blanco en lugar de integral —que no aporta la fibra necesaria— y postres con yogures desnatados azucarados: “Me quitas la grasa, pero me mantienes el azúcar. Es el peor de los mundos posibles”.

Otro de los problemas que denunció fue la utilización de fritos como el San Jacobo: “Un alimento frito, recalentado y en bandeja, no va a estar bueno. Corres el riesgo de que el paciente ni lo toque. No es lo que se pone en el plato, es lo que se termina comiendo”.

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También advirtió sobre las guarniciones, los productos en conserva y el azúcar oculto. “Muchas veces aparece como ‘fruta en su jugo’, pero es almíbar, y eso es básicamente azúcar”, alertó. Lo mismo ocurre con los yogures aparentemente saludables: “Uno natural, entero y sin azúcar sería más recomendable que cualquier versión desnatada con edulcorantes”.

Los riesgos de llevar “caprichos” al hospital

¿Y qué pasa con lo que llevamos los familiares?

Aquí llega una de las advertencias clave del experto: “Muchos familiares llevan cosas a escondidas. Abres el colchón y es casi un supermercado”, confesó entre risas. Pero fue contundente: “No metas cosas ricas en azúcar o en grasas saturadas. Eso no ayuda al paciente. Al contrario: interfiere con los tratamientos y descoloca a los pocos nutricionistas que hay”.

Por eso, pidió sentido común: nada refrigerado, nada que sea difícil de digerir, y mucho menos productos que puedan alterar los niveles de azúcar en pacientes con patologías asociadas. “No es lo mismo dar una alegría que alterar una dieta diseñada para curar”, zanjó.

Cosas que no debes llevar a un hospital (aunque tengas buenas intenciones)

  • Bombones, galletas, cacao en polvo o bollería
  • Embutidos grasos o muy salados
  • Lácteos azucarados o desnatados artificialmente
  • Fruta en conserva o productos en almíbar
  • Alimentos de difícil digestión como fritos o pastas recalentadas

Al final, lo que de verdad ayuda no siempre viene envuelto en celofán ni huele a chocolate. “Más que llevar comida, llevemos compañía”, vino a decir 'Nutriman', recordando que en una cama de hospital, lo que más alimenta no siempre se come. A veces basta con estar.

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