Nuestro bienestar es esencial para proseguir en el día a día. En una sociedad cada vez más difícil de gestionar, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados para afrontar cualquier ocurrencia, de día y de noche. Sin embargo, la cabeza es a menudo un elemento olvidado. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones.
En este sentido, podemos ser testigos de escenas incómodas en el momento más insospechados. Gritos, malas caras, discusiones o incluso agresiones, que pueden bloquearnos o provocar una reacción para intentar solucionarlas. Sobre este asunto se pronunció Alicia González, psicóloga y copresentadora de Tal y como somos junto a Elizabeth Clapés. En una de sus últimas apariciones, compartió su experiencia advirtiendo de una situación desagradable en público.
“Íbamos por la calle y había una persona que no estaba bien, gritándole a otra. Yo llamé a la policía y me dijo: ‘Mamá, ¿pero por qué?’ Le dije,’ porque si tú ves y no haces nada, cariño, es como si también le gritases, porque no estás haciendo nada, ni me estoy asustando, ni me está importando tu presencia. Le dije, mamá no ha ido allí porque mamá se tiene que proteger, pero mamá ha hecho algo, que es buscar ayuda”, describía.
“Cuando tú veas que alguien está sufriendo a tu alrededor por otra persona que le está maltratando, haz algo. No podemos permitirnos en una sociedad tan egoísta, tan individualista y tan poco empática y compasiva. Entiendo que hay una parte de miedo porque dices, no conozco a esta persona, no sé qué me va a hacer. Pues llama a la policía, llama a la ambulancia, haz algo, mantén la distancia, pero pregúntale, insistía.
Identificar los problemas
Recientemente, González también reflexionó sobre las reacciones negativas al afecto: “Es que eres demasiado intensa, muy pesada, demasiado sensible, me agobias mucho. ¿Nunca te ha pasado de sentirte demasiado para alguien? Yo me acuerdo con mi ex que cuando me acercaba a darle una caricia o a abrazarle, su frase estrella era ‘Uf, qué pesada, me agobias’. Y me acuerdo que me sentía súper pequeña y realmente me llegué a creer que era pesada por querer darle un beso”.
“Cuando tú te sientes demasiado para él por ser cariñosa, que te gusta hacer planes y te lo hace ver como que nunca estás satisfecha con nada, pero escrito en el papel no es algo que de por sí sea malo. Si te pasa eso, el problema no eres tú, el problema es dónde estás intentando encajar. Porque es como si en un molde de 5 centímetros intente meter algo que ocupa 20. El problema no es que ocupe 20, es que lo estoy intentado meter en un molde, no es el suyo”, añadía.