“La familia no la elegimos”, afirma el psicólogo Xavier Guix en el podcast Tranquil·la ment, donde el experto aborda las complejidades de las relaciones familiares, poniendo el foco en los vínculos invisibles que condicionan nuestra forma de ser y de actuar dentro del hogar.
Guix explica que desde muy pequeños asumimos roles dentro de la familia que pueden alejarnos de nuestro yo más genuino. “Puede que yo sea un niño muy alegre, pero con mi familia no lo soy”, ejemplifica, señalando que el entorno familiar a menudo impone una serie de normas y valores: “La familia tiene la potestad de decir 'aquí las cosas se hacen así'”.
Uno de los temas centrales de la conversación con Xavier Guix es la lealtad familiar, que puede convertirse en una carga emocional. “Cuando estoy con la familia tengo que ser leal”, dice el psicólogo.
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Y añade una reflexión contundente sobre lo que ocurre cuando eliges un camino diferente al que tu familia espera: “La única manera de romper con todo eso es decepcionar a la familia”.
Esta decepción no se plantea como un acto de rebeldía, sino como un paso necesario para preservar la propia identidad: “Lo que no voy a hacer es dejar de ser yo para mantener esa lealtad. La lealtad a veces no me deja crecer”.
El precio de vivir como se espera
Guix también señala que “parte de lo que somos lo hemos creado gracias a la familia”, pero advierte que llega un momento en el que es necesario hacerse preguntas incómodas pero necesarias: ”¿Cuál es el precio que pago por vivir como se espera que viva?”.
El psicólogo no rehúye tratar temas delicados, como los hijos que nacen en respuesta a problemas de pareja: ”¿Cuántos hijos han nacido a causa de un conflicto dentro de una relación? Esos hijos no son fruto de la decisión de tener hijos, sino de la decisión de resolver un problema”, apunta Guix, que advierte que esta situación puede hacer que los hijos vivan con una carga.

Familia
Finalmente, el experto hace un llamado a dejar de justificarlo todo con el pasado: “Muchos hijos utilizan el pasado y los padres que tuvieron para justificar una mala vida. Cuando llegas a cierta edad, no puedes justificarlo todo con lo que te hicieron tus padres en el pasado”.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.