Comemos mucho peor que antes, y eso es una realidad difícil de negar. Aunque existe un interés cada vez mayor por la salud y la alimentación, la calidad nutricional de muchos alimentos ha disminuido drásticamente. En muchas ocasiones, aunque creamos que comemos ‘bien’, nuestro cuerpo, en lugar de recibir los nutrientes esenciales que necesita para funcionar y regenerarse, se ve saturado de ingredientes de baja calidad. A esto se suma el creciente consumo de productos ultraprocesados, ricos en azúcares, harinas refinadas y grasas industriales, que alteran nuestro metabolismo y favorecen la aparición de enfermedades silenciosas.
Esta combinación de déficit nutricional y exceso de tóxicos alimentarios está afectando tanto a nuestra salud física como emocional. Cada vez es más frecuente ver a personas jóvenes que, pese a llevar una vida activa, sufren problemas de inflamación, fatiga constante, dificultad para recuperarse de lesiones o molestias digestivas. Una realidad preocupante que obliga a replantear seriamente el tipo de alimentos que forman parte de nuestra dieta diaria.
El fisioterapeuta experto en salud integrativa, Javier Furman, asegura en el pódcast Tengo un plan que, aunque muchas veces no somos conscientes, hay alimentos que comemos de vez en cuando o que incluso tienen presencia de manera semanal en nuestra dieta que afectan enormemente a nuestra salud.
Alimentos reales, dormir bien, moverse, estar tranquilo, vivir con propósito. Esa es la base de la salud
Según Furman, uno de esos alimentos es la pizza ultraprocesada, de la que asegura que es “lo peor que podemos comer”. El experto señala que la pizza tiene una combinación de todos los alimentos que favorecen la inflamación crónica de bajo grado. Contiene harinas refinadas, azúcares, lácteos industriales como el queso de vaca y grasas procesadas de baja calidad, lo que la convierte, literalmente, en una bomba inflamatoria.

El experto asegura que la pizza ultraprocesada es uno de los peores alimentos que podemos comer
“Si nosotros nos acostumbramos a comer harinas refinadas, van a sobrecrecer unas bacterias que paralizan el intestino, y el problema es que si el intestino está inflamado, el resto del cuerpo lo estará también”, asegura.
El experto explica que este tipo de alimentos ultraprocesados son tan perjudiciales que incluso aquellos que hacen deporte de manera habitual pueden acabar desarrollando enfermedades si los introducen de manera habitual en su dieta. Además, perjudican también a nuestros entrenamientos e incluso estética, pues si los consumimos, aunque el cuerpo entrene, no podrá realizar bien los procesos de regeneración muscular y articular.
Muchas personas comen pizza como refugio emocional, perpetuando un ciclo de placer artificial-descompensación metabólica
Furman asegura que, además de lo fisiológico, existe un componente emocional con respecto a este tipo de alimentos, pues muchas personas que no están bien emocionalmente se refugian en el azúcar, las harinas y comidas como la pizza para obtener dopamina de forma rápida, algo que afecta tanto a la salud física como mental: “Muchas personas comen pizza como refugio emocional, perpetuando un ciclo de placer artificial-descompensación metabólica”, explica.
Por ello, el experto basa su alimentación en varios principios metabólicos que afirma que son clave para llevar una vida saludable. Entre ellos se encuentra llevar una dieta antiinflamatoria, consumir alimentos de alta densidad nutricional como proteínas animales, huevos, vísceras y vegetales, e ingerir grasas saludables como el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos y el pescado azul.

Llevar una dieta saludable es clave para evitar la inflamación y posibles enfermedades
Además, Furman también recomienda restringir e incluso evitar por completo harinas refinadas, azúcares, alimentos ultraprocesados, aceites vegetales industriales y lácteos de mala calidad. Asimismo, asegura que tan importante es lo que comemos, como de dónde proviene, ya que el hecho de que los alimentos sean de buena calidad es algo imprescindible.
El caldo de huesos es uno de los alimentos más completos que podemos consumir
Aunque para mejorar sus articulaciones, la piel o la salud intestinal, muchos recurren hoy en día a suplementos de colágeno en polvo, Furman defiende que hay una opción mucho más completa y natural: el caldo de huesos. Este alimento tradicional, que durante años ha sido un habitual en muchas cocinas españolas, se ha ido perdiendo en las últimas décadas, pero contiene una enorme concentración de nutrientes esenciales que el cuerpo necesita para reparar tejidos y mantenerse sano.
El caldo de huesos se elabora de forma muy simple, cocinando durante varias horas los huesos de animales, lo que permite que los minerales, proteínas y compuestos presentes en los tejidos, el cartílago y la médula ósea pasen al líquido. El resultado es una fuente natural de colágeno, glucosamina, condroitina y aminoácidos como la glicina y la prolina, que son claves para la regeneración de la piel, los ligamentos, los tendones y la pared intestinal. Además, aporta minerales en una forma altamente biodisponible, es decir, que el cuerpo puede absorber y utilizar con facilidad.
Para Furman, el caldo de huesos no solo es beneficioso para personas que sufren dolores articulares o problemas digestivos, sino que también sirve como un alimento preventivo, capaz de fortalecer el organismo y favorecer una buena salud metabólica a largo plazo: “Es volver a lo simple, a lo que hacían nuestras abuelas”, explica. Frente a los suplementos de laboratorio, defiende que los alimentos reales, como este caldo, ofrecen nutrientes más equilibrados y adaptados a las necesidades fisiológicas del cuerpo.

El experto afirma que el caldo de huesos es uno de los mejores alimentos que podemos consumir
Referencias. Diversos estudios científicos han relacionado de forma directa el consumo habitual de alimentos ultraprocesados con múltiples problemas de salud a largo plazo. Productos como la pizza industrial —que combina harinas refinadas, grasas de baja calidad, azúcares ocultos y aditivos— se asocian a un mayor riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, trastornos metabólicos e incluso alteraciones cognitivas. Investigaciones como la publicada en The BMJ han vinculado este tipo de alimentos con más de 30 problemas graves de salud, incluyendo cáncer, trastornos de salud mental y aumento de la mortalidad prematura.
Un trabajo de la Universidad Miguel Hernández de Elche ha señalado específicamente que la pizza, dentro del grupo de los ultraprocesados, contribuye al aumento del colesterol, la presión arterial y el deterioro del perfil metabólico general. Estas evidencias refuerzan la preocupación creciente de muchos expertos en salud integrativa sobre el impacto silencioso, pero progresivo, que tiene la alimentación moderna basada en este tipo de productos sobre el organismo.