Nuestro bienestar es esencial para completar nuestras tareas del día a día. En una sociedad cada vez más difícil de sobrellevar, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados para afrontar cualquier ocurrencia, de día y de noche. Sin embargo, la cabeza es a menudo un elemento olvidado. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones.
Uno de los elementos esenciales para sobrevivir a la jornada es una comunicación asertiva, con todos los tipos de humanos posibles. En este sentido, aquella que no se transmite por la voz puede ser más efectiva que nuestras palabras, e imprescindibles en determinados casos de impedimentos, como las personas sordomudas. Alberto Aguedo, especialista en comunicación no verbal, mostró un gesto que se realiza para remarcar la atención del oyente.
“Haz esto si quieres que todo el mundo se acuerde de lo que has dicho. Fíjate que hace un tiempo, cuando estaba empezando en esto de la comunicación, me invitaron a ser ponente en las primeras jornadas de la lengua española en Chicago. Allá había muchos ponentes expertos, cada uno dio su ponencia. Yo di la mía, un poquito más breve, con bastantes más nervios”, situaba el poniente, señalando un importante consejo que recibió.
Y entonces llegó el descanso, y en ese descanso aproveché, tenía cerca uno de los ponentes más expertos de estas jornadas y le pregunté ‘Oye, ¿me podrías dar una clave para seguir mejorando esto de la comunicación? Y me dijo: ‘Siempre que puedas, tienes que decir frases que inviten a la gente a pensar de forma visual, a crear una imagen en su mente y así recordarán siempre eso que has compartido’”, desveló. Un recurso, la imagen mental, muy utilizado en retórica y literatura.
Señalar nuestra preocupación
Aguedo también mostró recientemente un gesto que se realiza pasando la mano por encima de la nariz, para mostrarse incómodo. “¿Sabes qué significa esto? Si ves que una persona lo hace cuando hablas, ponte alerta. Cuando una persona lo hace mientras le estás hablando, significa que tiene dudas o que está en desacuerdo con lo que estás diciendo o que algo le desagrada. Es de forma inconsciente, es una incomodidad que la persona tiene cuando te está escuchando y de forma involuntaria está haciendo este gesto de forma repetida”, describía.
Cristina Soria es otra cara visible de la sinergología, el estudio del lenguaje corporal, refiriéndose al descontento. “Son gestos de disgusto, es decir, tú me haces una pregunta y yo te contesto con estos tres gestos y esto que le he preguntado a lo mejor no le gusta mucho, o no quiere contestarla o a ver qué va a pasar. Pero claro, si me encuentro ante una persona que tiene rinitis o que tiene alergia no va a parar de rascarse. En la piel cuando sentimos emociones intensas nos pica”, insistía.