¿Imaginas tomar una infusión relajante y que al mismo tiempo estés consumiendo millones de partículas plásticas invisibles a simple vista? Esto es exactamente lo que ocurre al preparar una taza de té usando bolsitas comerciales, según alerta Cristina Segura, experta en microbiota humana.
El té que no sabías que bebías
Microplásticos, nanoplásticos y blanqueadores químicos se liberan en cada infusión caliente con bolsitas comerciales
En un reciente vídeo publicado en su cuenta de Instagram (@crisssegura_), Segura advierte con claridad sobre los riesgos asociados a estas pequeñas bolsitas: “¿Sabías que al preparar una infusión con estas bolsitas comerciales estás bebiendo millones de microplásticos y nanoplásticos? Estas bolsitas están hechas con polímeros como nylon, polipropileno, celulosa y además están blanqueadas químicamente”.
Segura destaca el trabajo pionero de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), quienes demostraron que al sumergir las bolsitas en agua caliente se liberan millones de partículas que no solo llegan al organismo, sino que lo atraviesan con facilidad.
“Estas partículas atraviesan los intestinos, van al torrente sanguíneo y pasean por tus órganos pudiendo acumularse en hígado y en riñones”, explicó la experta. Pero la alarma no acaba ahí: estas partículas plásticas actúan también como disruptores endocrinos, sustancias capaces de alterar el equilibrio hormonal del cuerpo humano.
La solución propuesta por Segura es sencilla y directa: evitar las bolsitas comerciales. “Si te quedan bolsitas de estas en casa, vacíalas en un filtro de acero inoxidable y después asegúrate, si no, de comprar siempre el té a granel. Guárdalo en frascos herméticos y disfruta de una buena infusión sin plásticos y sin disruptores endocrinos”.
Desde la Universidad Autónoma de Barcelona subrayan además que los efectos de la acumulación constante de estos microplásticos podrían tener impactos significativos sobre la salud a largo plazo. Una cuestión de vital importancia considerando la popularidad creciente del consumo de té e infusiones a nivel mundial.
El mensaje es claro: ni nuestro cuerpo ni nuestra taza de té necesitan plástico.

