Inés Moreno, traumatóloga: “La primera dieta milagro no la inventó una influencer”

Historia de la salud

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Inés Moreno, traumatóloga: “En la osteogénesis imperfecta, tu cuerpo no produce colágeno de calidad y conlleva fracturas”

Sancho I el Craso, rey de León

Retrato de Sancho I el Craso, rey de León

José María Rodríguez de Losada

La alimentación es un mundo lleno de curiosidades, misterios, descubrimientos y, sobre todo, platos deliciosos. Cada cultura tiene una forma distinta de comer, usando distintos ingredientes y métodos de elaboración. Sin embargo, algunos de ellos podrían comportar algún que otro problema a la hora de consumirlas. Una de las grandes cuestiones está vinculada a la comida rápida y otros productos procesados o ultraprocesados.

Esta situación no es ninguna novedad, y se lleva dando en distintos puntos del planeta desde el inicio de los tiempos. Para ello, millones de personas han tratado de componer las acuñadas como “dietas milagro”, para perder grandes cantidades de peso en una breve cantidad de tiempo. Sin embargo, uno de los primeros casos históricos está documentado en la Península Ibérica, concretamente en León, tal como expone en TikTok la Traumatóloga Geek, Inés Moreno.

“¿Sabías que la primera dieta milagro no la inventó una influencer? Te presento a Sancho I, el protagonista de Mi yo con 240 kilos medieval. Su apodo, Sancho el Craso, era una forma cariñosa de referirse a su peso. Su abuela, la reina Toda de Navarra, no estaba dispuesta a ver cómo perdía su trono por su peso. Decidió que su nieto necesitaba una transformación radical. ¿La solución? Enviarlo a Córdoba para que el médico de Abderramán III, Hasday Ibn Shaprut, lo pusiera en forma”, explicó.

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“Y vaya si lo hizo. Le cosieron la boca, dejando solo una pequeña apertura, para que pudiera beber con pajita. Lo ataron de pies y manos para evitar que comiera escondidas. Lo sometieron a baños de vapor, masajes y ejercicios forzados. Durante 40 días, Sancho vivió un auténtico calvario, pero el resultado fue sorprendente. Perdió más de 100 kg y recuperó su movilidad. Volvió a León montando a caballo y, con el apoyo de su ejército, recuperó el trono”, profundizó.

Un final irónico

“La historia terminó de manera trágica, pero dejó un legado fascinante. ¿Fue este el primer tratamiento contra la obesidad de la historia? Murió en 966, supuestamente envenenado con una manzana ponzoñosa. Ironías de la vida, que después de tanto esfuerzo por controlar tu dieta, te mate de una fruta”, concluía. Esta es solo una de las muchas historias que Moreno comparte en su perfil, como es el caso del vikingo Ivar Ragnarsson, cuyas piernas no respondían a sus estímulos.

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“Lo que tenía Ivar podría haber sido real: una enfermedad genética llamada osteogénesis imperfecta, más conocida como huesos de cristal. Su cuerpo no producía colágeno de calidad, y eso hacía que sus huesos se fracturaran con el más mínimo golpe. Pero lo más salvaje es que hay varios tipos de esta enfermedad. Algunos pueden caminar con dificultad, otros como Ivar nacen con deformidades óseas muy graves”, señalaba.

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