La apnea del sueño es uno de los trastornos respiratorios más frecuentes y afecta aproximadamente al 4 % de los adultos. Se produce por un bloqueo parcial del sistema respiratorio durante el sueño. Los músculos de la garganta pierden el tono que mantienen cuando estamos despiertos, lo que puede hacer que la lengua caiga hacia atrás y obstruya el paso del aire hacia los pulmones.
Esta interrupción provoca que la respiración se detenga repetidamente durante la noche, impidiendo que el cuerpo reciba el oxígeno necesario. Aunque no se trata de un paro respiratorio mortal en cada episodio, el cuerpo suele reaccionar rápidamente para reactivar la respiración, estas pausas frecuentes pueden tener consecuencias graves para la salud.
Mujer durmiendo
“Esa falta de oxígeno aumenta el riesgo de hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares. Además, obliga al cuerpo a estar en un estado de alerta constante, así que no descansas bien. Estás siempre cansado y puedes quedarte dormido en cualquier parte… incluso al volante”, explica la doctora Ana Pérez Ballesta en uno de los vídeos de su canal de Instagram.
Ana es médica de familia y divulgadora sanitaria. A través de las redes sociales, donde ya acumula más de 48.000 seguidores bajo el perfil @anamidoctora, comparte consejos sobre salud y bienestar. En uno de sus vídeos, la doctora advierte que la apnea del sueño puede llegar a ser peligrosa si no se detecta y se toman medidas a tiempo. Este trastorno puede manifestarse de las siguientes formas:
- Pausas involuntarias en la respiración mientras dormimos.
- Despertares repentinos: el cuerpo reacciona para “despertarte” y que vuelvas a respirar.
- Sensación constante de cansancio: no es un fallo puntual, sino un estrés continuo para el organismo.
¿Qué puedes hacer si sospechas que tienes apnea del sueño?
El objetivo principal será mantener la vía aérea lo más despejada posible y evitar que la musculatura de la garganta se relaje en exceso. Algunas recomendaciones prácticas:
Mujer descansando
- Reducir el porcentaje de grasa corporal: cuanto mayor sea, menos espacio queda para la vía aérea.
- No fumar: el tabaco inflama los tejidos de la garganta, estrechando aún más el paso del aire.
- Evitar el alcohol y otros depresores del sistema nervioso: relajan los músculos de la garganta y facilitan que la lengua obstruya la vía aérea.
- Consultar con un médico si los síntomas persisten. En algunos casos, se recomienda el uso de un dispositivo CPAP (presión positiva continua en la vía aérea), el tratamiento más común para los casos moderados o graves.
Las consecuencias de no tratar la apnea del sueño
Es importante prestar atención a los síntomas y buscar ayuda médica, ya que la apnea del sueño no tratada puede afectar seriamente la salud. Si sospechas que podrías estar sufriéndola, pero no estás seguro, puedes pedir a alguien que observe cómo duermes o grabarte durante la noche. Estas son algunas de las consecuencias más habituales de una apnea no tratada:
- Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares como infartos, ictus e hipertensión
- Desarrollo de diabetes tipo 2
- Fatiga crónica
- Problemas de concentración y memoria
- Somnolencia diurna, con riesgo de quedarse dormido incluso al volante
“¿Te suena esta situación? No la ignores: puede aumentar tu riesgo de infarto, ictus e incluso de muerte”, advierte la doctora.
