Seguramente hayas escuchado alguna vez que no es bueno zambullirse en el agua directamente después de comer por un motivo de peso: el llamado corte de digestión. Una creencia popular que ha ido pasando de generación en generación y que genera siempre mucho debate en esta época del año, donde solo queremos estar a remojo para huir de las altas temperaturas.
Y es que siempre se ha dicho que lo aconsejable es dejar pasar dos horas entre la comida y el baño. Pero, ¿qué hay de verdad en todo este asunto? Pues, según los expertos, se trata de un simple mito porque el corte de digestión como tal no existe.
Así lo dejaba claro la nutricionista Boticaria García. La divulgadora científica explicaba en el programa de la La 2 de Televisión Española Saber Vivir que el corte de digestión es una leyenda del verano. ''El corte de digestión no existe. Lo que se conoce popularmente como corte de digestión no es un problema digestivo, sino algo más serio llamado 'síndrome de hidrocución'', comenzaba diciendo.
La hidrocución, según la farmacéutica, es una especie de ''shock que puede ocurrir en nuestro cuerpo cuando entra en contacto de golpe con agua muy fría''. ''Después de haber tomado el sol, de haber hecho ejercicio o de encontrarte con la temperatura elevada en general'', añadía. Y cuando el cuerpo entra en shock se produce la llamada 'vasoconstricción'.

Numerosas personas en la playa de La Concha, en San Sebastián
''Los vasos se contraen brutalmente, baja la frecuencia cardíaca e incluso se puede perder el conocimiento. Al bañarnos se ralentiza el ritmo cardíaco, nuestro corazón va más despacio'', explicaba. Del mismo modo, la experta recordaba que al realizar otro tipo de ejercicio físico, como correr o montar en bici, la sangre se distribuye hacia los músculos que están en movimiento. ''Y en estos casos la sangre que llega al estómago va a ser menor y la digestión, aunque no se para en seco, va más lenta, dando lugar a mareos, náuseas o incluso vómitos'', dejaba claro.
''La complicación de que estos mareos sucedan dentro del agua es mayor que en tierra firme por el riesgo de ahogamiento'', añadía. Eso sí, la nutricionista recordaba que esto no significa que uno no se pueda bañar en todo el verano ni que haga falta esperar dos horas. ''Pero sí hay que poner sentido común. Si te has comido una paella enorme, igual conviene esperar un poco para no agitar el arroz'', afirmaba. Lo mejor, según Boticaria García es meterse en el agua poco a poco, mojando primero las muñecas y la nuca.