¿Te suena ese crack que oyes al estirar los dedos, mover el cuello o rotar las muñecas? Puede dar respeto, incluso generar la falsa impresión de que algo se ha roto, pero no hay motivo para alarmarse. La bióloga Laura Pinillas González, divulgadora científica en redes bajo el perfil @celulau.bio, explica que ese chasquido no es otra cosa que una burbuja de gas explotando dentro del cuerpo, en un proceso totalmente natural y conocido como cavitación articular.
El mito del daño al ‘crujirse’ los dedos
La cavitación articular es un proceso fisiológico que no provoca daño, aunque no conviene forzarlo constantemente
“El líquido sinovial que hay entre las articulaciones contiene gases disueltos, como nitrógeno y dióxido de carbono”, explica Pinillas en uno de sus vídeos. “Cuando estiras una articulación, se ensancha el espacio entre los huesos y esos gases se agrupan en una burbuja que luego colapsa o estalla. Ese sonido que escuchas es, literalmente, el de una burbuja explotando”.
Desde el punto de vista médico, este fenómeno ha sido estudiado en profundidad. En 2015, investigadores del University of Alberta’s Faculty of Rehabilitation Medicine utilizaron resonancia magnética para observar el interior de una articulación en tiempo real. Su estudio, publicado en PLOS ONE, confirmó que el sonido se produce al formarse repentinamente una cavidad gaseosa dentro del líquido sinovial, no al colapsar, como se creía antes. Esta cavidad surge por la separación rápida de los huesos, lo que provoca una caída súbita de presión. No se trata de una rotura ni de fricción ósea, sino de un fenómeno físico natural.
Este fenómeno, lejos de ser dañino, es algo habitual y, por sí solo, no tiene consecuencias negativas. Lo único que puede preocupar es si viene acompañado de dolor, inflamación o pérdida de movilidad. En ese caso, sí conviene consultar con un especialista.
Además, Pinillas señala un detalle curioso: tras crujirse una articulación, suele pasar un tiempo hasta que puede volver a sonar. “Eso ocurre porque el cuerpo necesita un rato para volver a acumular gases en el líquido sinovial y formar otra burbuja”, aclara.
No es psicológico, no es una lesión y no te estás rompiendo nada. Solo es tu cuerpo generando un pequeño estallido invisible con cada estiramiento. Eso sí, si molesta o se repite con frecuencia en zonas muy concretas, lo mejor es pedir valoración médica para descartar otras causas.