La vitamina C es un micronutriente fundamental para el bienestar del organismo, ya que interviene en muchas funciones que resultan clave para la salud física y mental. Una de las más importantes tiene que ver con los tejidos, puesto que la vitamina C está involucrada en la producción de colágeno. Una proteína que mantiene el buen estado de la piel, los tendones, los vasos sanguíneos y los ligamentos, además de contar con un papel necesario en la reparación de heridas. Otras funciones de la vitamina C están relacionadas con la salud de los huesos y los dientes. Mientras que, por otro lado, favorece la absorción de hierro por parte del organismo. Aunque si hay que destacar uno de los beneficios de la vitamina C, este es su potente poder como antioxidante. Esto se traduce en un sistema inmunitario más fortalecido y en una mayor neutralización de los radicales libres, causantes del estrés oxidativo y del proceso de envejecimiento.
Pero, ¿cuánta vitamina C necesita el organismo? Hay que tener en cuenta que el cuerpo humano no es capaz de generar este componente, de modo que solo puede obtenerse a través de la alimentación o por medio de suplementación. Desde la Universidad de Harvard se especifica que la cantidad dependerá en buena medida de distintos factores, como la edad, el sexo u otros factores. Por ejemplo, los fumadores necesitan consumir más vitamina C al día que las personas que no fuman. Así como una mujer requerirá de una mayor cantidad si está embarazada. Para asegurarse de mantenerse saludable es importante asegurarse de consumir la suficiente vitamina C. Eso sí, con cuidado de no excederse, ya que esto podría traer consigo ciertas consecuencias.
¿Por qué hay que evitar un exceso de vitamina C?
Cuando el cuerpo recibe un exceso de vitamina C, al no ser capaz de absorberla en su totalidad, lo elimina por medio de la orina, pero una parte de esta podría convertirse en algo que conviene no subestimar. La farmacéutica Elena Monje advierte sobre las consecuencias de excederse con los suplementos de vitamina C. A través de una publicación en la red social de Instagram, la especialista señala que una parte de ese exceso de vitamina C se transforma en oxalato. Y el principal riesgo de esto es que dicha sustancia puede formar cálculos renales. “Las famosas piedras en el riñón, que duelen mucho”, apunta.
La farmacéutica insiste en la importancia de asegurarse de consumir la suficiente vitamina C, pero siempre manteniéndola en unos niveles saludables y sin pasarse. También destaca la necesidad de hidratarse adecuadamente, y tomar precauciones en el caso de contar con antecedentes de formación de cálculos renales.