Eduard Estivill, médico del sueño: “Dormir poco no te hace más listo ni más rico: te vuelve irritable, distraído y perjudica tu salud”

Neurociencia del sueño

El doctor Estivill asegura que solo un 3 % de la población puede dormir menos de seis horas sin consecuencias mientras el resto necesita entre siete y ocho para mantener su salud física, mental y emocional

Eduard Estivill, 76 años, médico del sueño: “El colchón debería cambiarse cada 5 años. No le damos importancia cuando es el sitio donde nos pasamos más tiempo de nuestra vida”

Eduard Estivill

El doctor Eduard Estivill insiste en la importancia de respetar el ciclo natural del sueño para mantener la salud integral del organismo 

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Ni es una señal de inteligencia, ni un símbolo de éxito. Dormir menos de seis horas por noche no te convierte en una persona más productiva, sino en alguien más vulnerable. Así lo explica el doctor Eduard Estivill, médico neurofisiólogo especializado en medicina del sueño, en un vídeo publicado en su cuenta oficial de Instagram, donde desmonta los mitos que aún rodean al descanso nocturno.

Dormir poco afecta al humor, la memoria y la concentración

El sueño actúa como un taller de reparación biológica y prepara al cuerpo para afrontar el día

“Solo los tontos duermen ocho horas”, “los ricos duermen poco”, “yo con cuatro voy bien”… Son frases que, según Estivill, no tienen ningún sustento científico. “No les hagáis caso en absoluto. No son científicos, son ideas que la gente dice”, recalca con contundencia. Para él, dormir es mucho más que una necesidad básica: es un proceso de reparación imprescindible para afrontar el día con plenitud. “El sueño es un taller de reparación y nos prepara para tener un buen día”, subraya.

Estivill recuerda que existen casos excepcionales de personas que, por causas genéticas muy concretas, pueden dormir solo cuatro o cinco horas sin que eso afecte a su salud. Pero insiste: “Eso representa apenas un 3% de la población. Es un grupo muy, muy pequeño”. Para la gran mayoría de adultos, el descanso óptimo se sitúa entre las siete y media y las ocho horas por noche. En personas mayores de 70 años, puede bastar con seis, y en adolescentes, el mínimo saludable sube hasta las nueve horas.

Dormir es un taller de reparación que nos prepara para tener un buen día”

Dr. Eduard Estivill, médico neurofisiológico

Las consecuencias de dormir menos de lo necesario no son anecdóticas. El impacto se nota al día siguiente, tanto en lo físico como en lo mental: “Estás más cansado, más somnoliento… y psíquicamente, más afectado”, explica. El deterioro cognitivo se manifiesta en forma de pérdida de memoria, dificultad para concentrarse, irritabilidad y cambios de humor. Todo ello puede alterar no solo la vida personal, sino también el rendimiento académico y laboral.

A esta sintomatología cotidiana se le suman riesgos clínicos más serios. La evidencia científica ha demostrado que dormir menos de seis horas por noche se asocia con un mayor riesgo de padecer hipertensión arterial, diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades cardiovasculares. También se debilita el sistema inmunológico, lo que dificulta la recuperación ante infecciones y otras patologías.

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El mensaje, en palabras del propio Estivill, es directo y sin concesiones: “Dormir poco no te hace más listo ni más rico”. La cultura del “dormir es perder el tiempo” está reñida con la ciencia. Y las consecuencias, aunque silenciosas al principio, acaban pasando factura.

Dormir bien no es un lujo, sino una necesidad biológica irrenunciable. El cuerpo y el cerebro no negocian con el descanso. Lo exigen. Y cuando no lo tienen, lo hacen notar.

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