Los tomates, un alimento estrella de la dieta mediterránea y una de las claves de sus beneficios para la salud. Curiosamente, tras haber sido introducidas en Europa desde Perú por los conquistadores españoles, las plantas de tomate ejercieron una función esencialmente ornamental en sus inicios, según señala la Fundación Española de Nutrición. No sería hasta finales del siglo XVIII cuando se emprendió su cultivo con fines alimentarios, para posteriormente convertirse en una pieza clave de la gastronomía propia del Mediterráneo. Lo que permitiría aprovechar los beneficios del tomate para la salud, como son su contenido en vitamina A y C. Aunque una de sus mayores virtudes son sus carotenoides, el compuesto que le otorga su color rojizo tan característico, y que aporta antioxidantes esenciales para combatir el estrés oxidativo.
Estos carotenoides también están asociados con la prevención de ciertas patologías, como es el caso del licopeno presente en los tomates. La Fundación Española del Corazón destaca su función protectora del sistema cardiovascular, ya que reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y de ciertos tipos de cáncer. También ayuda a mejorar las funciones antitrombóticas y antiinflamatorias, según apuntan los especialistas. Pero sus ventajas no quedan ahí, ya que también es un alimento saciante, ideal para incluir en dietas enfocadas a la pérdida de peso.
Una cena saludable y saciante apta para dietas de pérdida de grasa
Los tomates son un alimento capaz de saciar el estómago, pero sin aportar muchas calorías, tal y como señala la experta en Nutrición María Amador. A través de una publicación en su perfil de la red social de Instagram, la especialista recomienda añadir los tomates en la alimentación, sobre todo en el caso de personas que tengan como objetivo la pérdida de peso. Para ello, comparte una receta sencilla y rápida con la que consumir este alimento, que destaca precisamente por su versatilidad y facilidad a la hora de incluirlo en toda clase de preparaciones.
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El primer paso de la receta consiste en cortar los tomates en rodajas y retirar el interior de estos con ayuda del cuchillo. De modo que se obtenga como resultado los bordes de la corteza por un lado, y la pulpa por otro. La pulpa se colocará en un recipiente en el que se verterán dos huevos y una lata de atún.
Una vez bien incorporados los ingredientes, se pondrán las rodajas de los tomates en una sartén y estos se rellenarán con la mezcla. En el momento en el que ya esté cuajado, ya solo quedará poner encima el queso rallado y esperar unos minutos a que este se derrita. “Te puedes tomar esta sartén entera estando en pérdida de grasa, que te va a hacer que no pasas hambre en toda la noche”, asegura María Amador.