Piluca Barrau, farmacéutica, sobre suplementarse con vitamina D en España: “Creemos que con 15 minutos de sol al día es suficiente, pero hay factores que lo alteran sin que lo sepamos”

BIENESTAR

La vitamina D tiene un papel esencial en la salud ósea, inmunológica y hormonal, pero su suplementación debe estar siempre respaldada por una medición precisa y un criterio clínico individualizado

Piluca Barrau

Piluca Barrau, farmacéutica, optometrista y audioprotesista, Docente en AMIR y divulgadora de salud en medios de comunicación

A pesar de ser conocida como “la vitamina del sol”, la vitamina D sigue generando dudas, mitos y, sobre todo, déficits generalizados. Vivimos en un país con muchas horas de luz al día, pero eso no garantiza que nuestros niveles sean óptimos. Cambios en el estilo de vida, trabajo en interiores, fotoprotección constante o ciertas patologías has hecho que cada vez sean más las personas que necesiten suplementarse. Frente a esta realidad, se ha disparado la venta de suplementos, a menudo sin análisis previos ni acompañamiento profesional.  

Mientras algunos consideran indispensable para prevenir enfermedades óseas, inmunologías u hormonales, otros alertan del riesgo de consumirla sin control. Es cierto que la ciencia, con sus avances, ha confirmado la importancia de la vitamina D, pero también recuerda que no todo vale: medir, personalizar y asesorar son claves para una suplementación responsable, efectiva y segura. 

La farmacéutica y divulgadora sanitaria Piluca Barrau, no se alinea ni con quienes recetan suplementos a la ligera ni con quienes los demonizan. Su posición es clara: la vitamina D tiene un papel esencial en la salud ósea, inmunológica y hormonal, pero su suplementación debe estar siempre respaldada por una medición precisa y un criterio clínico individualizado. “No basta con vivir en un país soleado”, explica para La Vanguardia, ya que, como argumenta, factores como la edad o la vida en interiores limita su síntesis natural. 

Suplementar debe ser siempre un proceso personalizado, seguro y bien acompañado: con analíticas periódicas, seguimiento clínico y ajustes de dosis cuando sea necesario

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Y los datos lo respaldan. Según un estudio publicado en European Journal of Clinical Nutrition, un 33,9 % de la población española presenta niveles de vitamina D por debajo de 30 ng/mL, incluso en verano. Es decir, una de cada tres personas tiene déficit de esta vitamina en los meses de mayor exposición solar. ¿La razón? Aunque la luz solar activa la síntesis de vitamina D en la piel, esta capacidad disminuye con la edad y se ve afectada por otros factores como el tipo de piel, la ropa o el estilo de vida en interiores.

Vitamina D

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Además, la misma radiación ultravioleta B que necesitamos para producir vitamina D es también la responsable de quemaduras solares y riesgos oncológicos, lo que ha generado un debate. “La ciencia habla: La exposición a la radiación ultravioleta B en la luz solar proporciona el mecanismo para más del 90 % de la producción de vitamina D en la mayoría de las personas y en condiciones adecuadas”. Además, apunta que se ha expresado preocupación en los últimos años “de que el uso generalizado de protectores solares, particularmente aquellos con altos factores de protección solar, puede llevar a una disminución de la previtamina D(3) inducida por el sol en la piel”. Lo que daría como resultado un nivel insuficiente de esta vitamina, que puede llevar a problemas como: osteoporosis y fracturas óseas.

Sin embargo, aunque los protectores solares pueden reducir la producción de vitamina D bajo condiciones muy estrictamente controladas, “su uso normal no resulta generalmente en insuficiencia de vitamina D (Holick MF et al. J Clin Endocrinol Metab. 2011)”. Además, un estudio de la Endocrine Society (EE. UU.) indica que mantener niveles óptimos de 25(OH)D puede reducir en más de un 40 % el riesgo de enfermedades autoinmunes como lupus o artritis reumatoide.

En España, aún no se ha implementado esta estrategia de forma generalizada, pese a los datos preocupantes de déficit

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Además, la Journal of Investigative Dermatology y la American Academy of Dermatology ha destacado el papel de la vitamina D como inmunomodulador cutáneo, útil en patologías como psoriasis y dermatitis atópica. Y en ginecología, investigaciones de la North American Menopause Society relacionan un déficit de vitamina D con mayor riesgo de osteoporosis, disfunción inmunitaria, alteraciones hormonales y bajo estado de ánimo en la menopausia

Por tanto, es muy importante medir los niveles de vitamina D mediante los análisis que nos hacemos de manera rutinaria cuando acudimos al médico. Y, para la farmacéutica, mujeres en menopausia o con riesgo de osteoporosis, problemas en la piel como rosacea, personas mayores con poca exposición solar, profesionales de oficina o que pasan el invierno en interiores, pacientes con enfermedades intestinales, autoinmunes, obesidad o disbiosis o medicados con riesgo a mala absorción, deben poner especial atención a sus niveles. 

Vitamina D

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“La exposición solar suficiente (unos 15 minutos diarios dependiendo del fotoprotector) y antes de las 11:00 de la mañana permite producir entre 250 y 500 μg de vitamina D3”, explica Barrau. Aunque el factor de síntesis a través de la piel, se va modificando y perdiendo su capacidad con la edad. “Solo un 10 % de la vitamina D diaria se obtiene a través de la dieta, y los alimentos que la contienen no forman parte habitual del menú de la mayoría de la población”.

Por eso, insiste en que “es difícil alcanzar la ingesta diaria recomendada únicamente con la alimentación”. Ante esta realidad, la evaluación debe ser individualizada: “Cada paciente requiere una valoración personalizada según edad, salud intestinal, exposición solar, peso, medicación o sintomatología”. Y especialmente durante la menopausia, “cuando el requerimiento funcional del organismo es mayor”. 

¿Existe toxicidad por vitamina D?

“Sí, aunque es muy poco frecuente”. Según Vieth et al. (Am J Clin Nutr, 1999), la toxicidad por vitamina D es extremadamente rara y aparece con dosis crónicas superiores a 10.000–40.000 UI/día, sin control médico, por lo que el control clínico es imprescindible en suplementación ya sea prolongada o no. “Estos casos excepcionales podrían generar: hipercalcemia náuseas, vómitos, arritmias, calcificación en riñones o arterias. Sin embargo, durante este mes de julio, se han detectado 16 hospitalizados por hipervitaminosis D, precisamente causado por el consumo de vitamina D comprada por internet, sin control médico ni análisis previo por parte de los consumidores”, explica. 

Como farmacéutica, Piluca Barrau hace una llamada a la responsabilidad. “La vitamina D no es inocua si se toma sin control. En las últimas semanas, Sanidad ha notificado varios casos graves de hipervitaminosis por consumo de suplementos sin analítica previa ni supervisión médica. Hoy más que nunca, es fundamental optar por productos de calidad contrastada, adquiridos en farmacias y bajo el consejo de profesionales sanitarios. Cada persona tiene necesidades distintas según su edad, estado de salud, medicación o exposición solar. Por eso, suplementar debe ser siempre un proceso personalizado, seguro y bien acompañado: con analíticas periódicas, seguimiento clínico y ajustes de dosis cuando sea necesario”. 

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