Irene Vallejo, filóloga: “Todos esos pequeños cuidados que evitaron desgracias que nunca sucedieron, como quitar una piel de plátano de la calle, son el bien que no se nota”
'Aprendemos Juntos 2030'
La escritora indagba en los detalles casi invisibles que pueden ayudar al día de otras personas
Pilar Sordo, psicóloga: “Para salir de la angustia hay que moverse, porque eso desbloquea el pensamiento negativo”

Irene Vallejo visita la biblioteca de la UNED
El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
En este sentido, una de las grandes preguntas que surgen es: ¿qué nos puede hacer felices? Una de las múltiples respuestas es el cuidar de los demás, aunque sea de forma “invisible”. Un asunto en el que se ha detenido la escritora y filóloga Irene Vallejo, durante una intervención en Aprendemos Juntos 2030, el ciclo de conferencias de BBVA. La invitada recordó una anécdota de infancia para exponer este tipo de tratos más íntimos con la sociedad.
“Uno de los grandes recuerdos de mi infancia es cuando caminaba por la calle de la mano de mi abuelo. Mi abuelo era una persona que tenía un instinto universal de cuidado. Me decía, al recoger una cáscara de plátano de la calle y tirarla a la papelera, ¿ves? Alguien podría haberse roto una pierna y no les sucederá. Nunca lo sabrá porque nosotros hemos recogido esta cáscara. Porque el bien no se nota”, exponía a los asistentes.
“Todos esos pequeños cuidados que evitaron desgracias que nunca sucedieron, son el bien que no se nota. Y esas personas cuidadoras, cuidadoras de libros, cuidadoras de palabras, cuidadoras de niños, cuidadoras de personas o de la vida, son lo mejor que tenemos porque en sus manos se está construyendo el futuro que seremos”, destacaba. Otra cuestión por resolver es cómo funciona la ansiedad, y qué hace exactamente para afectarnos tanto.
Una emoción complicada
“Lo primero que yo creo que tenemos que tener capacidad es darnos cuenta cómo estamos o qué pensamos frente a ese día a día. Cuando yo visualizo el futuro, siempre mi cuerpo se va a contracturar y se va a apretar, porque generosamente me protege de mi pensamiento. ¿Por qué? Porque mi pensamiento siempre es negativo”, exponía Pilar Sordo, psicóloga y escritora chilena, autora de libros como Un segundo de coraje.
“Cuando se aprieta mi cuerpo físico, lo primero que se aprieta es el sistema respiratorio, y al apretar el sistema respiratorio se genera angostura respiratoria, y por eso se llama angustia. Cuando mi aparato respiratorio se aprieta, yo lo que hago automáticamente es empezar a suspirar. ¿Qué genera esa angustia? Es mi pensamiento futurista. ¿Cómo se manifiesta la angustia? Quieta, en absoluta rigidez corporal”, profundizaba.

