El apartado virtual de salud de la Comunidad de Madrid define las garrapatas como “artrópodos que actúan como parásitos alimentándose de la sangre de animales, incluido el hombre. Por ello, si están infectadas pueden transmitir enfermedades como la fiebre botonosa, la enfermedad de Lyme, la babesiosis, la encefalitis por garrapata o la tularemia”. Aunque existen de dos tipos distinguibles, duras y blandas, las primeras son las que presenten peligro para los humanos.
A pesar de preocuparnos más por las picaduras de garrapatas en mascotas, las personas también pueden verse afectadas cuando menos lo esperan. Dependiendo del tipo de garrapata dura que nos haya picado, deberemos seguir una serie de indicaciones para evitar cualquier susto mayúsculo. Unas instrucciones que compartía Héctor Castiñeira, enfermero y colaborador de Saber Vivir, en una entrevista para la Cadena COPE.
“Estas dos que he traído aquí de estos modelos, puede estar o pequeñita, como sería como recién picada, o ya pues vemos que ha triplicado (…) ¿qué suele hacer la gente erróneamente para retirarla? Agarrar, por la parte grande, por la parte cómoda, por el abdomen. ¿Cómo la quitamos? Porque si sabemos que no se ahoga, que hay que quitarla con unas pinzas”, exponía. La clave se encuentra en retirarla por la zona en la que esté más adherida.
“Pues cogemos unas pinzas muy sencillas, que todos tenemos en casa unas pinzas, y las ponemos en primer lugar de forma paralela a la piel. Es decir, no vamos a ir de forma perpendicular, sino siempre paralelo. Y vamos a buscar la parte de la garrapata que está más pegada a la piel. La cabecita, que la tiene ahí clavada junto a la piel. Entonces ahí apretamos firmemente, una vez que localizamos ahí lo más pegado a la piel posible, y retiramos hacia arriba de forma vertical”, detallaba.

Ejemplar de garrapata de la especie 'Hyalomma lusitanicum' detectado la primavera de 2024 en el área metropolitana de Barcelona
A la espera
“A veces cuesta un poco porque la garrapata... O sea, no de las patas, ni del abdomen, sino de la cabeza. De la propia cabeza. Pegado directamente a la piel. Ahí agarramos firmemente y retiramos hacia arriba. ¿Qué vamos a hacer con ella? La vamos a meter en un botecito que tengamos por casa, la vamos a reintroducir en ese bote, lo tapamos y la metemos en el congelador. Durante esas cuatro semanas posteriores tenemos que vigilarnos”, insistía.
“Tenemos que ver si aparece fiebre, tenemos que ver si aparecen calambres musculares, palpitaciones, por ejemplo, algo raro. Que dices tú, esto yo no lo tenía, me voy a urgencias y me voy con la garrapata. Y digo, me ha picado esta garrapata que traigo aquí hace tantos días, ¿qué vamos a hacer? Analizar la garrapata. Lo más normal que estamos hablando es que te pique, pero que la garrapata no tenga absolutamente nada”, concluía.