Nuestro bienestar es esencial para proseguir en el día a día. En una sociedad cada vez más difícil de gestionar, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados para afrontar cualquier ocurrencia, de día y de noche. Sin embargo, la cabeza es a menudo un elemento olvidado. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones.
Esta también puede provocar que le tengamos miedo a distintos aspectos de la vida, bloqueándonos e impidiéndonos cumplir nuestros sueños u objetivos. Sobre esta cuestión se pronunció, intensamente, el empresario Emilio Duró. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Barcelona y ESADE, el oriundo de Lleida dedica su tiempo a la pedagogía empresarial, centrándose en mantener la positividad y dejar cerca ese tipo de pensamientos.
“Cada día tomáis 35.000 decisiones, ¿Sabíais? Con lo cual, ¿qué te vas a jugar? ‘Es que me la juego, el tren pasa una vez por la vida’. El tren pasa cada día 35.000 veces. ‘El que se para lo adelantan’. Pues que me adelanten, tú. Luego, nuestra mente está especializada en ver el error. Si hay una falta de ortografía, ¿qué veréis? La falta de ortografía. Si veis, nuestra mente es un buscador y lo que quiere es sobrevivir, no vivir”, expresaba en el ciclo de conferencias Aprendemos Juntos 2030, de BBVA.
“Luego, ¿cómo reprogramamos la mente para que cuando os miréis al espejo, chicos o chicas, y te salga un grano, veas el resto de la cara? ¿Cómo conseguimos que por la mañana os digáis todo lo bueno que tenéis y no lo que os falta? ¿Cuántos de vosotros programáis sueños? ¿Sabéis qué soñaréis lo que pensáis la última media antes de ir a dormir? ¿Cuántos de vosotros tenéis una lista de cosas buenas en la vida? Mira qué suerte, estoy vivo, tengo familia”, insistía.
Positividad al poder
“¿Cuántos vosotros cantáis? ¿Cuántos habéis cantado con vuestra familia? Si nos hemos cargado el arte, el baile, el cante. Por favor. Si no hay nada mejor en la vida que cantar para cambiar estado de ánimo. ¿Cuántos de vosotros decís no te enfades, no te enfades, y te enfadas más? Utilizamos la razón para justificar lo que sentimos. En la vida todo empieza con emoción y termina con una emoción”, recalcaba ante el público presente.
“¿Cómo puede ser que nos hayamos cargado millones de años de sabiduría de letras? Porque las letras no buscan el cómo. Buscan el por qué. ¿Por qué naciste? ¿Para qué? ¿Qué sentido tiene este?”, sentenciaba.


