Laura Martín, especialista en infancia: “Frente al plástico, los juguetes de madera aportan peso, textura y experiencias sensoriales que enriquecen la creatividad infantil”

Juego y desarrollo sensorial

Los juguetes de madera estimulan los sentidos, fortalecen la motricidad fina y potencian la creatividad, además de ofrecer alternativas seguras en cada etapa del desarrollo

El clásico de los años 40 que entretiene más que una tablet en un viaje: “Fomenta la concentración, la creatividad y no hace ruido”

Laura Martín destaca que los juguetes de madera estimulan los sentidos y favorecen la creatividad infantil

Laura Martín destaca que los juguetes de madera estimulan los sentidos y favorecen la creatividad infantil

Instagram @nenenetfe | Pexels

La escena es cotidiana —y cada vez más frecuente—: estanterías llenas de bloques, encajables, figuras de animales y arcadas de colores. ¿Moda o pedagogía bien entendida? Laura Martín parte de una duda común y la despeja desde la cuenta de Instagram de su tienda Nenene (@nenenetfe). “Lo sé, los ves por todas partes y quizá te estás preguntando: ¿qué tienen de especial los juguetes de madera? Popularizados por el auge de la pedagogía Montessori, los juguetes de madera se encuentran cada vez en más tiendas, en más formatos y adaptados a diferentes edades. Tienen muchísimos beneficios para los más pequeños de la casa”.

Del tacto a la imaginación

La madera es una aliada sensorial que ofrece peso, textura y temperatura y enriquece el aprendizaje

La clave, dice, está en lo que el material entrega a los sentidos. “Por ejemplo, la madera, al contrario que el plástico, es un material cuyo volumen, cuyo tamaño se corresponde con el peso, lo cual le da muchísima información sensorial a los niños y las niñas.

En la misma línea, ayuda a estimular el sentido del tacto, no sólo por la textura, sino también por la temperatura que tiene el juguete cada vez que el peque lo sostiene entre sus manitas. Al ser juguetes simples, los juguetes de madera estimulan la imaginación y la creatividad, y es que cuanto menos haga el juguete, más hace la mente del niño”.

Ese “menos es más” del juguete sencillo se traduce en juego abierto que crece con la edad. “Se adaptan a diferentes etapas del desarrollo del peque… Para un peque de dos años, los animalitos ya son personajes con los que recrear diferentes escenas cotidianas. Al no ser juguetes electrónicos en los que, simplemente por pulsar, pasan cosas, sino que los niños y las niñas tienen que interactuar con ellos, fomentan el desarrollo de la motricidad fina”.

No todo vale para todo momento, advierte. Hay un umbral de madurez postural y atencional antes de incorporar piezas sólidas de madera al día a día. “Eso sí, sólo los recomendamos para peques que ya sean capaces de jugar sentados. Hasta entonces, lo más útil son sin duda los juguetes de caucho natural o de tela”.

Cuanto menos haga el juguete, más hace la mente del niño”

Laura Martín, especialista de infancia

En el vídeo, la especialista también subraya la cara práctica y medioambiental de estas piezas: “Además de todos estos beneficios, cabe destacar que los juguetes de madera son biodegradables, fáciles de reparar y mucho más resistentes que los de plástico”. Ventajas que, unidas a su durabilidad, facilitan que pasen de hermano a hermano o de familia a familia, alargando su vida útil y reduciendo residuos.

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La conversación no es teórica, es doméstica: empieza en el suelo del salón y continúa en el parque. Por eso Martín cierra invitando a mirar alrededor y tomar nota de lo que ya hay —o falta— en casa: “¿Alguna vez te habías preguntado por qué cada vez más familias optan por los juguetes de madera? … Y en casa, ¿hay juguetes de madera?”

En tiempos de pantallas y botones que lo hacen todo, su propuesta es sencilla y exigente a la vez: devolverle al niño el protagonismo del juego, una textura a cada mano y un reto a cada imaginación.

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