El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
Un elemento que puede ayudar a resaltar la autoestima es la imagen de la propia persona. Si uno no está cómodo, puede probar algunos cambios para intentar mejorar, empezando por un corte de pelo. Víctor del Valle, peluquero profesional con amplia reputación entre clientes y en redes sociales, concedió una entrevista al respecto en el programa Herrera en COPE. El sevillano reconoció que se trata de una tarea muy importante.
“Es una responsabilidad grandísima. Las personas, claro, cuando llevan tanto tiempo esperando una cita, pues seis meses, siete meses, ocho meses ya que vienen, pues dicen, oye, hazme lo que quieras. Y pienso, qué responsabilidad más grande. Cambios de personas que nunca en su vida han pensado en cortarse el pelo. Personas con indecisión, con inseguridad. Y me miran a los ojos y me dicen, haz lo que quieras”, contaba.
“Y pienso... Les devuelvo la pregunta y les digo, ¿qué te apetece? Y me dicen, sentirme bien, o quiero sentirme más joven, o quiero mirarme al espejo, ¿qué hace que no me miro? Pues 15 años. Bueno, pues conectas un poco con la persona, con su necesidad, y ahí es donde aparece la magia”, destacaba. La autoestima también puede trasladarse a los más pequeños de la casa en otros aspectos, empezando por la supervisión de sus tareas.

Víctor del Valle, peluquero
Atención a pequeños y mayores
“Cuando el niño y la niña están en la primera infancia, casi todo es refuerzo positivo. Nos gastamos muchísima energía en todo lo que hacen bien. Los primeros pasos, la primera excursión, las primeras notas, la primera... Todo va en positivo. Sin embargo, algo nos pasa a las familias, que cuando entra la adolescencia, entramos en modo pulir fallos. Y ya empiezas a comunicarte con todo lo que hacen mal pero deberían hacer bien”, argumentaba la educadora social Marina Marroquí.
“Mira, como tienes la habitación, como te huelen los zapatos, como... ¿Qué pasa? Que ponte desde la perspectiva del adolescente. Pasas de todo lo hago bien a decirte todos los fallos que estoy teniendo. Entonces, el todo lo hago mal y no me entiendes también va de cómo nos comunicamos nosotros. Es importante que a final del día hagamos recuento y no dejamos de comunicar todas esas cosas que día a día siguen haciendo bien y siguen eligiendo el modo correcto”, insistía.