Millones de personas en todo el mundo viven intentando agradar a los demás. Aunque pueda parecer un gesto noble y un signo de empatía, mostrarse amable por defecto y evitar conflictos puede generar un gran malestar. Quien actúa así acaba atrapado en un bucle constante de búsqueda de aprobación de los demás, incapaz de decir 'no' y relegándose siempre a un segundo plano.
Tal como advierten los psicólogos, no importa cuánto nos esforcemos, siempre habrá a quien no le guste nuestra personalidad, nuestro discurso o nuestra conducta. Adaptarse continuamente a las expectativas ajenas no solo desgasta, sino que también nos desconecta de nosotros mismos y nos aleja de la autenticidad.

Un hombre reflexionando
En una de sus últimas publicaciones en Instagram, red social en la que acumula más de 397.000 seguidores, la psicóloga Dori Sánchez abordó esta cuestión y compartió una profunda reflexión que caló hondo en su audiencia.
''Y en ese intento constante de agradar, me iba dejando a mí misma de lado. Hasta que un día lo entendí: poner límites no es ser egoísta. Poner límites es cuidarme, respetarme y elegirme. Ya no me explico tanto ni me disculpo por sentir. Aprendí que decir 'no' también es una forma de decir 'sí', pero a mí misma'', expresó la terapeuta en el post de la plataforma de color rosa.
La psicóloga sanitaria, experta en trauma y heridas emocionales, explicó que cuando una persona quiere estar siempre disponible y asumir responsabilidades que no le corresponden, termina desconectándose de sí misma y llevando una vida que no le hace feliz.
''Poner límites es reconocer que mi energía es valiosa, que mi bienestar importa y que no puedo dar lo mejor de mí si estoy vacía por dentro'', señaló la autora de Soltar para avanzar, para luego explicar que aprender a decir 'no', pausar ciertas dinámicas sin sentir culpa y elegir con quién comparte su tiempo son algunas de las decisiones que le ayudaron a recuperar la paz y el equilibrio.
Autocuidado
A lo largo de los últimos años, Sánchez ha defendido que es importante cuidar los vínculos que establecemos, pero siempre sin perder el foco y priorizando nuestra salud mental, ya que es desde la plenitud personal desde donde podemos ofrecer nuestra mejor versión y conectar de manera genuina y auténtica con los demás.
A modo de conclusión, la especialista aclaró que todo el mundo debería contar con un espacio seguro y que nadie debería sentir la presión de estar disponible para todos en todo momento.