El descubrimiento de la penicilina en 1928 por Alexander Fleming supuso un antes y un después en la historia de la medicina, ya que fue la puerta de entrada a la introducción de los antibióticos. Un tipo de medicamento que está enfocado en eliminar o inhibir el crecimiento de las bacterias causantes de ciertas infecciones. Estos representan un recurso esencial para cuidar la salud y el bienestar de las personas, pero hay que asegurarse de hacer un uso correcto de los antibióticos. Por ello es necesario tomar ciertas precauciones con su consumo, por ejemplo, a la hora de combinarlos con ciertos alimentos.
Una reciente investigación, encabezada por Ana Rita Brochado, del Departamento de Microbiología de la Universidad de Würzburg, en Alemania, apunta al café como uno de los que deben evitarse. Debido a que los resultados de este estudio han hallado una relación entre la ingesta de cafeína y la pérdida de efectividad de los antibióticos. En sus conclusiones, los investigadores señalan que el consumo de cafeína puede provocar una reducción en la eficacia de ciertos tipos de estos medicamentos al disminuir su capacidad de absorción.
Por otro lado, conviene tener en cuenta los hallazgos de otro estudio anterior, elaborado por la Universitat Oberta de Catalunya y recogido por la ‘Revista Española de Nutrición Comunitaria’. En esta investigación se señala a la leche y sus derivados como otro alimento capaz de interferir en la actividad de los antibióticos al darse un consumo conjunto. “Las interacciones entre los antibióticos y los alimentos existen y pueden ser un factor de riesgo de las resistencias antimicrobianas. Para evitarlas se debe separar en el tiempo la administración de estos fármacos y los alimentos”, aconsejan los investigadores. No obstante, existen otros factores que han de tenerse presentes a la hora de consumir antibióticos de forma responsable.
¿Qué hay que saber a la hora de tomar antibióticos?
Desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos comparten una serie de consejos importantes al tomar antibióticos. El más importante consiste en no consumirlos sin una receta o prescripción médica, dado que siempre ha de ser un profesional sanitario cualificado el que considere si es necesario o no el uso de este tipo de medicamentos dependiendo de cada caso. Si la respuesta es afirmativa, los pacientes deben seguir las indicaciones relacionadas con las dosis adecuadas, así como los intervalos señalados.
Otro aspecto relevante relacionado con el consumo de antibióticos se vincula a cuándo hay que dejar de tomarlos. De nuevo, se deben respetar las instrucciones del médico y no dejar de tomarlo al encontrarse mejor. “Así se potencia su efecto y se reduce el riesgo de reacciones adversas y la aparición de resistencias”, explican desde el Consejo.