En España, el 48% de la población adulta no tiene un sueño de calidad, según advierten los datos más recientes facilitados por la Sociedad Española de Neurología (SEN). Esto puede deberse a todo tipo de causas, entre las que se encuentra el estilo de alimentación. La dieta de una persona puede influir considerablemente en su descanso, a pesar de que sus efectos suelen ser subestimados. Sin embargo, ahí es donde entra en juego la evidencia científica, tal y como desvela un estudio encabezado por Erica Jansen, del Departamento de Neurología y Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos. Esta investigación, publicada en la revista especializada ‘Sleep Health’, muestra que la dieta más beneficiosa para dormir bien es aquella basada en el consumo de vegetales y frutas. Sus hallazgos revelaron que las personas que comenzaron a comer más fruta y verdura en su día a día mejoraron drásticamente la calidad de su sueño y descanso.
El principal motivo, según señala Erica Jansen, tenía que ver con su alto contenido en triptófano, un aminoácido esencial para la liberación de serotonina y melatonina, conocida como la ‘hormona del sueño’. “Si el cuerpo no tiene triptófano o fuentes directas de melatonina provenientes de los alimentos, los niveles de melatonina producida por el cuerpo se reducirán”. Los resultados evidenciaron la capacidad de la alimentación de mejorar el sueño de las personas. Además de las frutas y las verduras, la investigadora Erica Jansen destacó la importancia de incluir en la dieta proteínas magras, como carne y pescado, productos lácteos, frutos secos, cereales integrales, legumbres y semillas.
Consejos para dormir mejor y disfrutar de un sueño de calidad
La Sociedad Española de Sueño (SES) comparte una serie de consejos para ayudar a las personas a mejorar la calidad de su descanso. Uno de los aspectos más importantes tiene que ver con mantener un horario fijo a la hora de acostarse y levantarse, lo que también incluye fines de semana y periodos vacacionales. “Los cambios constantes en los horarios de sueño aumentan la probabilidad de que se generen dificultades graves y crónicas para dormir”, señalan los especialistas de SES.
Entre sus recomendaciones se encuentra la de incorporar la actividad física a la rutina diaria, preferiblemente al menos tres horas antes de irse a dormir. También puede resultar útil realizar ejercicios de relajación antes de acostarse, como puede ser una respiración lenta y relajada. Esto servirá para liberar la mente de pensamientos y que el cuerpo entre en un estado de mayor relajación, propicio para facilitar la conciliación del sueño. Las rutinas de acciones antes de irse a dormir igualmente son importantes, por ejemplo, cepillarse los dientes y ponerse el pijama, la Sociedad Española de Sueño aconseja repetirlas cada noche.


