Ángel Rull, psicólogo especializado en trauma y apego: ''Nos hemos pasado toda la vida pensando que algo en nosotros estaba mal, pero lo que no funcionaba eran los patrones y dinámicas familiares''
Una profunda reflexión
El terapeuta explicó cómo las relaciones familiares influyen en la formación de nuestra personalidad
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Ángel Rull, psicólogo
La familia es el primer espacio en el que socializamos y aprendemos a relacionarnos. Las dinámicas que se desarrollan en el hogar, cómo nos comunicamos con nuestros seres queridos, los límites que se establecen y la forma en que se resuelven los conflictos, entre otras, tienen un impacto profundo en el desarrollo emocional y social de las personas.
Desde que somos pequeños, estas interacciones influyen en la formación de nuestra personalidad, en nuestra autoestima y en la manera en que aprendemos a relacionarnos con los demás. Por este motivo, los expertos en salud mental destacan la importancia de comprender la influencia de las experiencias familiares para identificar patrones y entender mejor nuestras fortalezas y debilidades.
Padre e hijo discutiendo
En una de sus últimas publicaciones en Instagram, plataforma en la que acumula casi 3.000 seguidores, el psicólogo Ángel Rull abordó el hecho de que muchas personas han normalizado comportamientos y situaciones en sus familias que son tóxicas o perjudiciales.
''Nos hemos pasado toda la vida pensando que algo en nosotros estaba mal, pero lo que realmente no funcionaba eran los patrones y dinámicas familiares. Ahora todo eso pesa y, como adultos, hemos normalizado apartarnos para no molestar y no poner límites para que el otro no se enfade'', comenzó diciendo el terapeuta.
Según el profesional de la salud mental, muchos adultos viven con miedo a expresar su opinión, ya que aprendieron que pensar distinto podía implicar un juicio, una burla o un castigo. También tienden a dar poca importancia a cuestiones como la intimidad y el espacio propio, porque nunca los tuvieron en casa.
Callarse para evitar conflictos también es una dinámica que se repite en muchos casos, puesto que muchas personas se acostumbraron a no hablar sobre ciertos temas para proteger la armonía familiar.
Los patrones adquiridos pueden cambiarse
En el post que compartió, Rull explicó que nadie debería normalizar que las personas de su entorno exploten sin miedo a las consecuencias, ni asumir papeles que no le corresponden ni tener que adivinar cómo se siente la otra persona debido a la falta de una comunicación asertiva y directa.
Tras dejar claro que las emociones complejas incomodan y que nadie debería fingir que está bien para no dañar a otros, el psicólogo señaló que todos estos patrones adquiridos pueden cambiarse. ''Igual que los aprendiste, puedes comprender de dónde vienen y entender que ya no los necesitas'', sentenció, explicando que muchas personas acuden a terapia para sanar y poder seguir adelante.