Nuestro bienestar es clave para poder afrontar el día a día con relativa normalidad. En una sociedad cada vez más revolucionada en múltiples ámbitos, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados ante los distintos rompecabezas de la jornada. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones, que perturban tanto de día como de noche.
Uno de los mejores elementos para compensar el malestar es la hidratación: beber agua constantemente, incluso cuando no se tenga sed, permite mantener el cuerpo fresco y el cerebro funcionando. Sin embargo, a menudo esta se sustituye por otros líquidos para el disfrute colectivo, como es el caso del alcohol. Isabel Viña, nutricionista que ya compartió un sistema de hidratación, exponía la conexión entre las bebidas alcohólicas y potenciales afectaciones graves.
“Hoy vengo a contaros por qué el alcohol afecta a la testosterona y al estradiol en mujeres y en hombres. Y es que vosotros sabéis que la mayor parte de estradiol que circula en sangre en mujeres y en hombres, de hecho viene a partir de la testosterona. Concretamente, la testosterona en tejidos como piel, grasa, vasos sanguíneos, ovarios y testículos se convierte en estradiol a partir de una enzima que se llama aromatasa. Quedaos con este nombre”, comentaba.
“Pues bien, este proceso está muy estrechamente regulado para evitar que hayan desequilibrios, es decir, está muy controlada la conversión en mujeres y en hombres de testosterona. Pues bien, ¿qué hace el alcohol? Entre otros efectos negativos, potencia demasiado la actividad de la enzima aromatasa, incrementando de manera desproporcionada la conversión de testosterona a estradiol”, añadía.
Afectación mamaria
“Llega a la mama, se une a sus receptores alfa y favorece el crecimiento de tejidos. De ahí a que el alcohol esté vinculado de manera directa al riesgo de cáncer de mama. Y sabiendo que una de cada ocho mujeres vamos a tener cáncer de mama a lo largo de nuestra vida, el saber esto nos puede aportar ese conocimiento para decidir reducir el alcohol y si pudiéramos evitarlo mucho mejor. Y en hombres lo mismo, mucha falta de testosterona. Se mejoraría si evitásemos el alcohol”, sumaba.
“Y os recuerdo que la deshidratación es una de las causas reversibles y más frecuentes y pasadas por alto de elevación de cortisol. Todo el mundo nos preocupamos de no perder el ritmo del cortisol y del estrés crónico, pero si supiéramos que estando adecuadamente hidratados se mejora la respuesta del cortisol, tendríamos mucho ganado”, expresaba en otro vídeo.


