Nuestro bienestar es esencial para seguir adelante en el día a día. En una sociedad cada vez más extensa y completa, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados para afrontar cualquier consecuencia. Sin embargo, la cabeza es a menudo un elemento olvidado. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones.
Las relaciones son un aspecto especialmente complicado, debido a la necesidad de gestionar los actos y emociones de otra persona. En este sentido, las nuestras también pueden pasarnos factura. Elizabeth Clapés, psicóloga y presentadora del podcast Tal y como somos, explicaba en uno de sus últimos episodios lo que ocurre cuando uno de los miembros de la pareja cruza una línea roja. Según sus palabras, el problema no es el acto en sí, sino la capacidad de cometerlo.
“En el momento en el que alguien es capaz, en el momento en el que alguien tiene la capacidad de ponerte la mano encima, ya no hay nada que pueda hacer esa persona que lo vaya a reparar. Porque hablamos de una capacidad. Yo no te hablo de un error. Eso no es un error. Es una capacidad. Es una cosa que esa persona es capaz de hacer. A ti no te pasa que a veces otras personas hacen cosas que tú dices, Dios mío, yo no sería capaz”, explicaba.
“Pues tú no puedes estar con una persona que sea capaz de hacer algo que tú dirías, Dios mío, yo no soy capaz de hacerte eso. Porque va a chocar tanto con tus valores y la violencia física es una de esas cosas que si alguien es capaz de hacerlas yo os invito a que os alejéis de esa persona. Aquí, como os digo, no habla el método científico, habla la persona que lo ha vivido”. Clapés también habló de aceptar los errores y pedir disculpas en Aprendemos Juntos 2030.
Margen de maniobra
“No vives con un manual de instrucciones, metes la pata, la cagas y hay que ser valiente y responsable como para admitirlo, no volver a repetirlo, porque en eso consiste pedir disculpas, arrepentirse, no volver a repetirlo. Si tú pides disculpas por un error que has cometido y lo vuelves a cometer, estás manipulando a la otra persona. Entonces, si has cometido un error, lo que tienes que hacer es tomar responsabilidad, no tirar valores fuera, asumir que lo has hecho”, apuntaba.
“Aceptarlo y pedir disculpas. Si la otra persona acepta tus disculpas, estupendo. Pero si no las acepta, también lo vas a tener que respetar. No tiene por qué perdonarte. Yo recuerdo a un amigo mío que fue infiel a su pareja y habían pasado seis años y él cada vez que contaba esta infidelidad, lloraba. Lloraba no de manera abrumadora, sino que se le caían las lágrimas. Y él te decía, no, no, ella me perdonó, pero yo no puedo...”, explicaba.


