Para algunas personas representa tan solo una costumbre de su día a día, algo que les lleva apenas unos instantes y que realizan de forma automática. Pero muchas otras no son capaces, ya sea porque no sienten las ganas o las energías suficientes como para hacer la cama cada mañana. Sin embargo, este sencillo gesto podría conllevar más implicaciones de las que cabría imaginarse. Puesto que aquellas personas que mantienen el hábito de hacer la cama todos los días tienden a caracterizarse por ser más ordenadas y activas, además de por contar con una mejor salud mental. Así lo afirma la psiquiatra Susan B. Trachman, en ‘Psychology Today’.
Se trata de uno de esos sencillos hábitos saludables que trae consigo un impacto positivo durante el día. El principal motivo, según apunta la especialista, tiene que ver con que este gesto de hacer la cama representa un primer paso en la rutina que empuja a las personas a cumplir con otras de sus responsabilidades y actividades. Por ejemplo, hacer ejercicio, comer de forma saludable y priorizar las tareas esenciales, explica la experta. Además, esto viene asociado a una mayor estabilidad mental, gracias al entorno limpio y ordenado al que se contribuye en el hogar. El simple hecho de hacer la cama genera una sensación de control, asegura, lo que también ayuda a personas en situaciones de estrés o ansiedad.
¿Cuáles son los beneficios de hacer la cama todos los días?
Al hacer la cama se produce una liberación de dopamina, según indica la psiquiatra Susan B. Trachman. Esta sustancia química del cerebro es capaz de reforzar ciertas conductas y, además, cumple con un papel relevante en la sensación de motivación de las personas. Una investigación, publicada en la revista especializada ‘The Journal of Neuroscience’, descubrió que las personas con iniciativa y una mayor disposición a esforzarse por conseguir sus metas y objetivos presentan una mayor liberación de dopamina. Concretamente en aquellas áreas del cerebro que están relacionadas con la recompensa y la motivación. Por el contrario, las personas con poca disposición a esforzarse también cuentan con niveles de dopamina elevados, pero, en su caso, en zonas del cerebro vinculadas a la emoción y a la percepción de riesgos.
Esta costumbre tan simple igualmente ayuda a establecer una rutina y una estructura diaria, algo que resulta de gran ayuda para realizar una buena gestión del tiempo, destaca Susan B. Trachman. De esta forma se facilita la tarea de priorizar los quehaceres más importantes y mantener patrones saludables, lo que será beneficioso para evitar la sensación de agobio y mantener una salud mental positiva.


