La rabia es una emoción natural que todos experimentamos, pero cuando se reprime de forma habitual, puede tener consecuencias negativas para la salud física y emocional. De hecho, inhibir la rabia puede activar de manera crónica el sistema de estrés, debilitando el sistema inmunológico y provocando malestar general.
Esta conexión entre emociones y salud es clave para entender por qué no basta con simplemente “guardar” o ignorar la rabia. En este sentido, la psicóloga Andrea Rosario alerta sobre los riesgos de no manejar esta emoción adecuadamente.
El efecto de la rabia reprimida en el cuerpo
Gestionar la rabia para proteger la salud
Andrea, que cuenta con miles de seguidores en TikTok (@andreaapsicologia), comienza uno de sus vídeos remarcando la importancia de “no guardarse la rabia”. Explica que cuando una persona reprime esa emoción de forma habitual, su cerebro termina acostumbrándose a bloquearla, lo que provoca que el cuerpo se mantenga en un estado constante de estrés.
Esta situación, según dice, puede derivar en somatizaciones, donde el cuerpo manifiesta síntomas físicos ante problemas emocionales no resueltos. “Por mucho que a veces llores o parezca que descargues, necesitas poner límites reales”, insiste Rosario.
“Es muy importante no reprimir la rabia, pero también es fundamental aprender a gestionarla de forma sana”
Por otro lado, según la psicóloga, no se trata solo de no reprimir la rabia, sino también de saber gestionarla de forma sana. Esto implica reconocer cuándo y por qué surge esta emoción, y encontrar maneras saludables de expresarla, evitando que se acumule y cause daños a nivel físico o psicológico.
Por eso, poner límites claros en nuestras relaciones y situaciones cotidianas es fundamental para evitar el desajuste neurobiológico que puede generar esta represión continua.
Además, la especialista alerta especialmente a quienes se reconocen como personas muy complacientes o que evitan el conflicto por miedo a las consecuencias. “Si nunca quieres llevar la contraria por miedo a las consecuencias, tienes que trabajarlo”, recomienda.
En definitiva, el mensaje de Andrea Rosario recuerda la importancia de validar nuestras emociones y buscar formas saludables de gestionarlas. La rabia no es un enemigo, sino una señal que merece ser escuchada y canalizada adecuadamente para proteger nuestra salud mental y física.


